VIVE TU TAREA
Paz y bien hermanos.
CUANDO lees, cada letra o signo importa. Todo cambia cuando algo se omite o algo se repite, o sencillamente cuando una letra se reemplaza por otra. Así mismo tu eres importante por cada parte de tu ser, cada característica, cada incapacidad o cada habilidad. Tú eres también leído una y otra vez en la vida y de lo que careces como de lo que eres, y de lo que haces y como actúas, escriben una línea nueva en cada día de tu vida. Así como el árbol agrega hojas y ramas, como el cielo quita y pone nubes, agrega sol y oscuridad, estrellas, luna y astros, así también la vida de la persona responde al llamado de la creación de cumplir una tarea y emitir un mensaje cumpliéndola.
¿Te levantas cada día a cumplir una tarea para tu vida o para la vida de los demás, para tu beneficio o para el beneficio de alguien más? ¿Si hay alguna letra de tu existencia que pudieras cambiar, cuál de ellas cambiarias y que mensaje proyectarías con ese cambio? ¿Has logrado mejorar tu testimonio de vida y al tiempo has podido ayudar a otros a hacer lo mismo?
Jesús no desfalleció en su tarea y por eso dejo huellas en cada palabra, cada mirada, cada acto, cada pensamiento, cada momento de su existencia para que la humanidad pueda entender la grandeza de Dios Padre y el poder que da su presencia en la persona que permite que El escriba y dirija la vida personal.
El Señor Dios te ha dado una lengua de discípulo; para que sepas decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana te espabila el oído, para que escuches como los discípulos.
El Señor Dios te abre el oído; para que puedas resistir y no hullas a la tarea. Con confianza puedes ofrecer tu espalda para cargar cualquier ofensa o soportar cualquier peso. Es así como Dios te prepara para que no escondas el rostro ante ultrajes ni salivazos.
El Señor te ayuda cada día, para que no sientas los ultrajes; para que endurezcas tu rostro como pedernal, porque sabes quién te sostiene y que no quedaría defraudado.
La palabra de Dios cumple su tarea como lo hace también la lluvia, al alimentar, fertilizar, fortalecer y promover vida desde la oscuridad de la semilla hasta la gracia que ofrece el fruto, la planta agradecida. La palabra de Dios te hace germinar, crecer ramas desconocidas en tu vida, dar hojas y flores que embellecen y frutos que ni tú mismo puedes llegar a imaginar. La oración te devolverá al plan de Dios, te permitirá retomar la tarea, reconstruir lo destruido, rehabilitar lo desechado y dar a tu vida la gracia que solamente puedes recibir de Dios. Emprende tu camino hacia el Padre como lo hizo Jesús, y busca en El la tarea que sembrara en este mundo un mensaje de paz, de amor, de alegría, de aliento y de esperanza como el que sembró Jesús.
Bendiciones
Lucas (22 14-26,56)
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