Semanario de la  Comunidad San Francisco De Asis

Paz y bien hermanos

Cuando se decide salir a caminar a las montañas, la mirada está puesta en una sola. Solamente al llegar a su cima, se vislumbran muchísimas otras posibilidades y la senda a escoger determinará el camino o puede que el camino lo decida el propósito.  La vida del niño por muchos años será subir su primera montaña y una vez en la cima de ella, empezará a tomar sus decisiones o quizás ellas están marcadas por las metas y guía de sus padres.  

¿Cuáles decisiones en tu vida son resultado de tus metas y cuales de tus circunstancias?  ¿Eres capaz de escuchar consejos y de actuar con libertad para seguirlos o tienes miedo de equivocarte?  ¿Cuáles son las ”montañas” que tienes frente a ti hoy día y cual de ellas debes escalar primero para superar tus debilidades y carencias?

He aquí un consejo y una a verdad, que puede que sea para ti una montaña y quizás te obligue a tomar una decisión: “Las sendas de Dios son misericordia y lealtad, para los que guardan su alianza y sus mandatos. El Señor se confía a los que lo temen,y les da a conocer su alianza”

Para algunos la palabra Dios es una  montaña inescalable.   Para otros “Sus” consejos son la montaña.  Para una gran mayoría, las decisiones personales son montañas  y esto sucede cuando falta Dios en sus vidas. 

Por eso Jesús vino  a allanar los caminos, vino a ofrecerse como camino, verdad y vida, vino a ayudar a cada individuo a escalar dia a dia sus montañas personales y a caminar confiadamente cada senda, cada alternativa, con sabiduría, con calma, con confianza, con alegría. 

Los discípulos aprendieron a escalar sus montañas personales con Jesus. Y así mismo el te instruye a ti hoy:

“Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas ... .Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria.

Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.

Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.

Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre”.

Sube diariamente la montaña que te lleva a la oración y una vez en su cima, emprende un camino hacia Dios confiadamente, sabiendo que tu esfuerzo te ayudará, fortalecerá y sanará cada dia  mas y mas.   Escoge siempre la senda que te lleva a la palabra de Dios, para que permanezcas despierto y te puedas mantener en pie frente a Jesus.   Bendiciones. 

Bendiciones.

Lucas (21,25-28.34-36)