Semanario de la  Comunidad San Francisco De Asis

Paz y bien hermanos.

Cuando los arqueólogos descubrieron la tumba de Carlo Magno, el gran rey y emperador de Francia del siglo octavo y del noveno se encontraron con una pregunta que atesora la respuesta mas valiosa en la vida de un ser humano. Cuando abrieron el féretro, después de llevar siglos enteros cerrado, los hombres que se metieron en el sepulcro se encontraron con algo asombroso. Ciertamente, se hallaron  con ciertos tesoros del reino, pero en el centro de aquella gran bóveda se encontraba un trono, y sentado sobre él estaba el esqueleto de Carlo Magno, con una Biblia abierta sobre su regazo y un dedo huesudo apuntando a las palabras: "¿De qué le aprovechará al hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma?".

Ojala tengas una respuesta muy personal para esa pregunta y tengas acciones que la avalen.  De igual manera somos cuestionados.  ¿De que te sirve amar a Dios a quien no vez, si no amas a quienes te rodean?  Una vez mas, la respuesta no esta en las palabras y pensamientos personales sino en las acciones que los soportan.   Con esa misma actitud, amerita responder a la pregunta:  “¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras?”

No hay una sola huella de Jesus que no hable con autoridad de Él.  Es que Jesus era la misión, cada paso hablaba de Dios, de sanación, de misericordia, de amor, de consuelo, de instrucción, de bendición, de el plan de Dios, de el perdón, de que las acciones dicen mas que las palabras.

Jesus en aquel entonces y hoy todavía invita a cada persona a seguirle con amor verdadero, no con intenciones, no con el mero conocimiento de la palabra de Dios, sino con la vivencia de la misma que avale a Jesus, su vida, su misión, su sacrificio.

Esto es: «El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Mirad, el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará.»

Que lleves a tu vida diaria una oración que  quiera seguir a Jesus, que nazca del alma, de la humildad de tu corazón y que ella misma te lleve a actuar para irrigarla y  para que ella germine. 

Que la palabra de dios actue en ti como la espada de doble filo y penetre hasta lo mas profundo de tu ser para que dejes la vida mediocre por amor a Jesus, y te lleve a servirla, vivirla, compartirla, cultivarla.

Bendiciones.

Marcos (8 27-35)