UN CONSEJO: VELAD
Paz y bien hermanos.
Nos enseña proverbios 10-21 que “El buen consejo es ayuda de muchos, pero la imprudencia es trampa de tontos”
Son muchos los “Buenos” consejos que son ignorados por todo el mundo en todo los tiempos y edades. Hay en la mente humana como una especie de barrera que impide aceptarlos, porque quizás hieren a la inteligencia, o la libertad personal o mas probablemente el ego.
¿Alguna vez te aconsejaron que no te mezclaras con cierta persona o que no fueras a tales sitios o que no te vistieras de cierta manera, o que estudiaras o te esforzaras mas, o que buscaras una asesoría, o una ayuda?
¿Haz seguido los consejos de alguien por un tiempo y luego los has olvidado y desechado?
¿Cuáles de tus éxitos y fracasos en la vida personal tienen que ver con tu actitud frente a los consejos?
Jesus viene a tu vida a orientar, guiar, sanar, fortalecer y especialmente a aconsejarte. El te dice: “Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos. Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad!“. Este consejo se resume en algo bien simple, lo que hagas en cada instante de tu vida debe de ser transparente, leal, cierto, bueno, agradable, y tus pensamientos y tu carácter deben de estar acorde.
Jesus vino a la vida de la humanidad aconsejado y guiado completamente por Dios Padre. “Él nos mantendrá firmes hasta el final”. Y el deja un ejemplo bien claro con su vida de la gran bendición que hay en escuchar y obedecer a Dios.
Es que es bien claro que “Dios es nuestro padre, nosotros la arcilla y Él el alfarero: somos todos obra de su mano”. Por eso Dios nos invita a participar de la vida de Jesus
Deja que la palabra de Dios sea tu luz y guía, tu fuente, tu consejera. Acercate a ella con confianza y pídele al Espriitu de Dios que te clarifique sus enseñanzas y consejos. Ora fielmente a Dios para que cuando Cristo venga te encuentre velando por tu fe, por tu salvación, y cumpliendo la misión que se te haya encomendado.
Bendiciones
Mateo (13 33-37)
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