TU, PODRIAS SER EL CASO DE EMERGENCIA

Paz y bien hermanos.

C uando la sirena de la ambulancia o el carro de bomberos irrumpe en el vecindario, algunos en las vías le hacen espacio, otros prefieren seguir conduciendo y en algunos corazones brota una oración por quienes necesitan de ese servicio urgente, quienes entraron en crisis y necesitan ayuda, mientras que para otros, las sirenas ya no significan nada, son parte de su rutina diaria.

Asi mismo sucede en los hogares.  Un problema puede ser la sirena de alerta que da  la oportunidad de solucionar algo permanentemente, de sanar, de mejorar, o puede ser la oportunidad de orar por un cambio en la familia, o puede ser un quejido, un llanto, un dolor inaudible, imperceptible al cual ya se han acostumbrado en casa.

Jesus entra en la vida de la humanidad como ese equipo de rescate que sale a servir, a rescatar al que sufre, al enfermo, al caido, al perdido, al humillado, al arrepentido.   Jesus es para muchos la sirena que alerta que algo esta mal y necesita ser reparado en la sociedad, que la injusticia y la opresión están aniquilando la humanidad, la verdad, la moral, la alegría de los seres humanos.  Jesus deambula por las sendas con el solo propósito de acercar el rebano a Dios Padre.  Y ante los ojos de incrédulos y de sabios y entendidos, J

esus halla un sordomudo: “le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua.  Y, mirando al cielo, suspiró y le dijo: «Effetá», esto es: «Ábrete.»

Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad.”

¿eres sordo ante el dolor, la tristeza el abuso, la injusticia en tu hogar o en tu vida?  ¿Eres mudo ante la necesidad de ofrecer perdón, alivio, consuelo, apoyo a alguien? ¿Te han informado que puedes ser curado de tus malos hábitos y actitudes, pero prefieres ser sordo y mudo, con tal de seguir siendo quien eres?

Que llegue a tu vida el equipo de Dios  que traen oración de emergencia para tu vida, tu familia, tu condición, y que no seas sordo ni mudo ante sus palabras de aliento y apoyo. 

Que Dios llegue a tu corazón con su palabra, con su “Effeta” y te ayude a despertar a una vida nueva, donde oyes, ves y actuas según sus enseñanzas.

Bendiciones.  

Marcos (7 31-37)