TU PARQUE DE AGUA
Paz y bien hermanos.
En los parques de diversión con agua hay deslizaderos que cuando estás listo para lanzarte, te mojan de pies a cabeza y luego te piden que te sientes en el deslizadero que como un rio caudaloso arrastra agua desde el comienzo hasta el fin. En el momento que te dan la orden, te empujas y dejas arrastrar por la caída y el agua. Cuando se va por la mitad del camino muchos desean no haberse lanzado, otros quisieran poder detenerse más la fuerza del agua y el peso del cuerpo mismo no te permiten frenar. Debes dejarte arrastrar hasta el final mientras quizás oras: Oh Dios, sálvame por tu nombre, sal por mí con tu poder. Oh Dios, escucha mi súplica, atiende a mis palabras.
Algunos a pesar de lo intenso de la experiencia, deciden intentarlo una y otra vez más. Otros van en busca de otro juego y se encuentran con uno que al parecer es más sencillo, la caída es extensa pero menos inclinada, más lenta, más llevadera. Una vez están listos para deslizarse y reciben la señal, una porción abundante de agua cae sobre la cabeza empapando todo el cuerpo y la persona una vez más es arrastrada por la corriente del agua. De repente allí a una corta distancia todo desaparece bajo la tierra. El deslizadero entra bajo la tierra y todo queda oscuro. El cuerpo es empujado en muchas direcciones y el agua arrastra la vida como si fuese un papel. El terror se apodera de muchos y buscan desesperados el final de aquello que al parecer no termina. Al final una luz se vislumbra a lo lejos y se anhela llegar a ella. Al terminar el deslizadero uno piensa que llegara a una piscina más la realidad es que llega a una caída libre donde abajo se ve un lago esperando recibirte. Hay una mezcla de emoción, pánico y arrepentimiento. Al caer finalmente en el agua viene el otro impacto, no por la caída, sino porque el agua está súper fría. El cuerpo parece no querer subir, sino que sigue sumergiéndose y una vez más entra la desesperación y la angustia por llevar el cuerpo arriba y salir de aquella nevera.
¿Qué cosas o situaciones en tu vida desearías detener y no has podido? ¿Has sentido que caes irremediablemente en un hábito, costumbre, conducta, vicio o problema y no puedes detenerte? ¿Te sientes rodeado por la envidia, la rivalidad o desordenes de toda clase y no puedes salir de ellos?
Jesús entra en la vida de la humanidad como el camino a tomar para quienes está siendo arrastrado por sus pasiones, sus malas decisiones, sus malas intenciones, sus costumbres, sus cadenas generacionales. Jesús llega a la vida de la humanidad como la verdad a seguir para quienes son empujados en el precipicio de la mentira, el egoísmo, la ambición, la intriga. Jesús llega a este mundo como la vida real y cierta para quienes están viviendo momentos de oscuridad, que no saben dónde están, que son arrastrados por el agua de las pasiones en un canal que no termina de caer y del cual no se puede salir opacando la alegría, la paz, el amor, la familia.
Jesús invita a todos sus hermanos a dejarse arrastrar por el deseo de paz y dejarse llevar por la justicia.
Sumerge tu vida en el agua de la oración y la palabra de Dios, para que tu cuerpo se deslice suavemente por los caminos del Señor impregnados de su presencia y su bendición. Que tus peticiones a Dios estén carentes de todo deseo y pasión personal, de todo anhelo de poder y ambición. Que tus oraciones sean corrientes de vida que arrastren ellas primero las necesidades y suplicas por los demás y por ultimo las tuyas, para que ellas sirvan primero a todos. Lleva tu vida cada mañana al deslizadero que conduce a Jesús, y empapa tu vida con la oración y la fe en Dios, antes de dejarte arrastrar por la corriente de agua del día. Que aunque pases por momentos de oscuridad en tu día, de dolor, de pena, de temor, de duda, de tristeza, que te mantengas alegre como un niño, esperanzado y feliz, sabiendo que terminaras tu día en la piscina de Dios, acogido y recibido por sus brazos de amor, de misericordia y paz.
Bendiciones
Marcos (9 30-37)
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