TU JUGO ESPIRITUAL

Paz y bien hermanos.

Al exprimir un limón se extrae su esencia interna la cual se usa para muchas cosas. El limón podríamos decir muere más su jugo trasciende para alimentar, curar, ayudar. En la boca de muchos quedan los beneficios del limón, no porque haya muerto, sino por lo que ha hecho al morir y esto nos ayuda a entender el sacrificio. De igual manera pasa con las personas, no trascienden por haber muerto sino por todo el bien que hicieron, por todo el jugo de vida que esparcieron durante su existencia, por todas las huellas que dejaron en las mentes y corazones de las personas. He aquí que este es uno de muchos ejemplos de vida que van de manera imperceptible más allá de la muerte y trascienden más allá de la existencia humana.

¿Qué piensas que estas sembrando o dejando para que hoy y mañana uno o muchos se beneficien por tu esfuerzo y tu cosecha? ¿Crees que hayas dejado malos frutos en alguna etapa de tu vida y podrías pensar que de alguna manera los has podido o los podrás reparar? ¿Qué hay en tu presente que exhale vida, amor, paz y que lleva aliento, esperanza, optimismo, luz y fuerza a quienes se cruzan por tu camino?

La vida de Jesús inicia antes de Él nacer con todo el sacrificio y la fuerza espiritual de José y de María, quienes decidieron ser como limones en las manos del Espíritu de Dios, quien saco de su existencia jugo de amor, consuelo y bendición para la humanidad.

La vida de Jesús inicia con pasos que arrastran lo inimaginable, lo impensable, lo inconcebible, lo divino, lo imposible, porque su existencia es moldeada en cada momento por la mano de Dios, dirigida por su gracia y su plan. Su vida esta edificada en los cimientos del sacrificio.

Las huellas de Jesús son como el elixir del limón que no cesa de beneficiar la humanidad que le sigue buscando en cada momento para conocerle, que sigue probando la vida que dejó sembrada en la semilla de su palabra, en la semilla de su amor, en la semilla de su oración y de su sacrificio.

Permite que tus manos siembren como lo hizo Jesús semillas que perduren más allá de tu existencia terrenal, haciendo lo que Jesús te encargó: predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha constituido juez de vivos y muertos. Sacrifica, concede, da, muere a tus intenciones y permite que Jesús te exprima para sacar el mejor jugo de tu tiempo, de tu vida, de tu día a día, y así podrás decir que habéis resucitado con Cristo, porque buscas los bienes de allá arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; y aspiras a los bienes de arriba, no a los de la tierra.

Que tu existencia llena de oración, de amor, de sacrificio, de paz, almacene vida cual semilla y no termine en la tierra estéril, en el sepulcro, en la oscuridad, sino que como Cristo, tu luz perdure más allá de lo que tus ojos ven, más allá de lo que tu corazón lata, más allá de lo que tú puedas imaginar. Y así como Él había de resucitar de entre los muertos así tú, extiendas tu existencia más allá de tu vida terrenal para la Gloria de Dios.

¡Jesucristo ha resucitado!