SEMILLAS EN BUSCA DE LUZ
Paz y bien hermanos.
La semilla busca la luz porque de la luz vino y anhela regresar a ella, y así mismo, el hombre busca la felicidad porque del paraíso vino, del amor y la paz viene, y a ella desea regresar. La noche persigue la luz incansablemente porque en ella está la vida, y la humanidad sigue a la madre porque de ella nace la vida. Así es como en la oscuridad crecen las raíces que sostienen el árbol, la vida, las ramas y sus frutos, de igual manera el hombre que busca ser fuente de luz, quien busca dar frutos para que otros coman, para que otros vivan, para que otros puedan cargar sus vidas, ese hombre debe de sembrarse y dar raíces fuertes en la oscuridad de su pecado, de su debilidad, de sus carencias, de sus faltas, de sus vicios y problemas. Raíces, que sostengan una nueva vida, una vida en busca de la luz, la verdad, el amor, la paz, la felicidad. Raices que se alimenten del ayer, y ayuden a florecer el hoy.
¿Es tu vida como la del minero que se adentra en la oscuridad para buscar tesoros y extraerlos?
¿Es tu vida como la del agricultor, que hiere la tierra para poder sembrar, que irriga para poder cultivar? ¿Es tu vida como la del águila que se eleva para poder verlo todo y luego desciende rauda y veloz, segura y precisa para poder extraer los frutos de su esfuerzo?
Jesús vino en busca de los enfermos, los pecadores, los extraviados, los equivocados, los prisioneros, los pobres, los injustos, los ignorados. Vino en busca de las ovejas perdidas, de quienes le desearon el mal, la muerte, quienes se burlaron. De quienes se consideran sabios y entendidos, los que se creen dueños de la verdad. Vino en busca de quienes, conociendo el mensaje de Dios, lo usan para usufructo, para explotar, engañar. Y Jesús a ellos les dice: “Hombre de Dios, busca la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Combate el buen combate de la fe, conquista la vida eterna, a la que fuiste llamado y que tú profesaste noblemente delante de muchos testigos”.
Quienes buscan riquezas, hallaran tristeza, quienes buscan poder, se harán esclavos, quienes buscan fama, hallaran soledad, y quienes persiguen a Cristo, perderán su camino y extraviaran sus mentes.
Que, de la oración diaria, recibas semillas que puedan germinar en la oscuridad de tu pecado y germinar con tu esfuerzo de cambio y tu búsqueda de la luz. Que puedas dar frutos de humildad, de amor, paz y servicio. Que la palabra de Dios dirija tus pasos para que tu búsqueda sea una maravillosa aventura para ti y tu vida, siempre germinando, guiado por la mano del sembrador que es Dios.
Bendiciones
Lucas (16 19-31)
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