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SE ABRE EL TELON….

Paz y bien hermanos.

Se levanta el telón, una luz tenue y suave se filtra por la ventana, perturbando el sueño de quien dormía plácidamente, el primer ruido del canto de las aves, se escucha, adornando el entorno y dejando impregnado todo de paz. El gallo cantÓ. Se baja el telón.

Se levanta el telón nuevamente, el cuarto se ha llenado de penumbras mientras el canto de las aves sigue adornando el exterior, más se ahoga por la cortina que se ha cerrado aislando el cuarto de todo. La persona esta durmiendo de nuevo plácidamente. El canto lejano del gallo se deja oír. Se baja el telón

Se levanta el telón por última vez. El gallo cantó de nuevo. La luz del día pleno entra en el cuarto y lo ilumina completamente, más el cuarto esta vacío. El canto de las aves alegra el día y llenan el entorno de paz.

El adviento acaba de extinguirse y con él, las oportunidades de reflexionar, de recapacitar, de aprender, de reconciliarse, de ahondar, de crecer, de cambiar, de prepararse.

Quien presto su corazón al adviento, seguramente sembró en él, la semilla de Jesús. Quien cerró el telón de su vida ante los primeros rayos de luz del adviento, seguramente se durmió durante esas cuatro semanas y aunque el gallo cantó, no lo escucho, aunque las aves alabaron a Dios no se dio por enterado, aunque la paz ingresó por la ventana cada amanecer, se despilfarró y nada queda de ella, aunque Jesús ha nacido de nuevo, solo los rastros de los papeles de regalo y las luces de Navidad indican que algo se ha celebrado.

Durante el año puede que amanezca 365 veces, más el amanecer sucede solamente para algunos, pocas veces. Hay muchos telones que se levantan a diario en la vida del ser humano que vuelven a caer. La luz que ilumina la vida del ser puede que toque su parte exterior, puede que toque el interior de su existencia, puede que llegue más allá de lo visible. Solamente si el ser, abre las ventanas de su existencia a los acontecimientos, ellos pueden llegar a ser parte del ser. La Navidad ha llegado después de que sus cuatro telones de adviento sembraron la esperanza, la paz, la alegría, y el amor en la vida de las personas. Con la llegada de Jesús a nuestro planeta, llegan la luz, la bendición, la sanación, la bondad y la misericordia de Dios Padre, a quienes den posada, a quienes abran las ventanas para que su luz les toque, a quienes disponen su tiempo y su vida para que Dios pueda entregar su mensaje de Salvación a través del nacimiento de Jesús entre nosotros. Emmanuel, Dios con Nosotros. Quiera Dios que tú que escuchas, que lees, que ves, que respiras, puedas disponer un lugar en tu tiempo y tu vida para que Jesús se quede hoy y cada día de aquí en adelante siendo parte del amanecer y el atardecer de tu existencia. Que al caer el telón, tu interior siga iluminado, alegre, jubiloso y el calor del rose de Dios en tus pensamientos esparza su aroma angelical en todo lo que haces y lo que vives. No permitas que al caer el telon del Adviento, se quede la Navidad afuera, ajena, extraña. Llevala a tu existencia, vivela plenamente, invita a Jesus a caminar esta Navidad minuto a minuto junto a ti.

Se abre el telon…¡Feliz Navidad!

Bendiciones

Juan (1 1-18)



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