ROMPE TU CORAZA Y ELEVATE

Paz y bien hermanos.

La semilla lleva en su entraña un gran deseo por irrumpir desde su interior el silencio que le rodea y romper la coraza que la cubre para renacer, germinar. Solo asi, sobre la tierra se eleva la semilla transformada en un verde radiante que asciende lentamente transformando su rededor.

El capullo de igual manera lleva consigo el deseo de quebrantar desde adentro la oscuridad que le rodea para poder a través de la luz respirar una vida nueva y embellecer el entorno con su esencia y su presencia. Es así también que en el interior del hombre existe una razón clara y constante que le invita a quebrantar la coraza que le rodea y lo mantiene en la oscuridad. La costra que lo apresa en la tristeza, el dolor, el pecado, la ira, la envidia, el egoísmo y la enfermedad. Esa fuerza que le llena de esperanza, de deseo de lo bueno, de anhelo por buscar la felicidad, la bondad, el amor, la alegría, es la fuerza que le hace morir al pecado para renacer a la vida de la luz como la semilla, como la flor, para perfumar el entorno con una vida completamente nueva, irrigada de gracia, alegría y amor.

¿Eres de los que quisiera hacer siempre el bien mas no encuentra la manera de hacerlo,o no halla el tiempo o la fuerza para lograrlo? ¿Puedes ver tu vida como la de la semilla que encierra una gran riqueza interior y que logra solamente translucirla muriendo y sacrificando algo de sí mismo? ¿Cómo pensarías, si supieras que después de esta vida podrás dar lugar a otra vida como la de la semilla a través de la cual podrás germinar y bendecir a muchos con tu vida nueva y eterna?

Jesús nace de la semilla que el Espíritu de Dios implantó en la fe de María, en el sacrificio y en el deseo de amar de María. Ella sabía que cuando el Espíritu Santo descendiera sobre ella, recibiría fuerza para ser testigo de Dios en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo. Y Jesús crece como retoño de primavera abriéndose paso a través de la oscuridad del mundo. Él quiso echar raíces en medio de la humanidad para poder tocarle constantemente. Jesús, brota cual semilla en un suelo que aun hoy día le rechaza. Mas su amor ha sido más grande que el odio del mundo y crece para cubrirlo con su ramas de amor y consuelo, para perfumarlo con sus retoños de gozo y alegría, para fortalecerlo con el tronco de la fe y la presencia de Dios en cada momento y segundo de sus huellas. Jesús se siembra en medio de la oscuridad de un pueblo pecador, se siembra en medio de un mundo de tinieblas y se rompe completamente solo para entregarse cual semilla y dar lugar una vida nueva, a la esperanza de la salvación, a la planta de la eternidad, quien a ella se acoge, quien en ella se resguarda encontrará consuelo y vida eterna.

Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de vuestro corazón, para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos, y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para nosotros, los que creemos.