RECHAZAR, ES ENAJENAR LOS FRUTOS
Paz y bien hermanos.
Durante los años de educación primaria y secundaria, hay una enseñanza que a muchos les ha costado trabajo aplicar a la vida práctica. Es el hecho de sustentar las respuestas. El profesor pregunta. ¿Estás seguro de la respuesta? ¿Por qué afirmas lo que dices con tanta seguridad? ¿Cómo puedes comprobar que estas en lo cierto?
Y la vida de todo ser humano debe de pasar por este obstáculo para superar algo de lo que todos tenemos siempre temor, y es a equivocarnos, o lo que es peor, a que nos digan que es incorrecto y que estamos equivocados.
La humanidad tiene la tendencia a rechazar de manera enfática y categórica lo que no entiende, lo que le causa miedo, lo que le parece imposible, lo que otros rechazan, lo que le quita seguridad, lo que le obliga a cambiar, lo que niega lo que le ensenaron sus padres y abuelos, lo que le quita o le roba algo.
Es así, como Jesús llegó al mundo a pedirle que recapacite sobre sus acciones personales. Jesus encuentra vidas llenas de problemas, injusticias, rivalidades, apariencias, para proponerles un cambio, una reforma de amor, de fraternidad, de paz, alivio, consuelo y esperanza.
El rechazo de los ilustrados, magistrados y letrados fue inmediato. Porque la presencia de Jesus, no ajustaba con las coordenadas, teorías, pensamientos de los instruidos y poderosos. Jesús, le pide a la humanidad que venda todo lo que tienen, se lo den a los pobres y le sigan. Le pide, que le den al cesar lo que es del cesar y a Dios lo que es de Dios, Le pide, que abandonen toda acción inmisericorde y falta de amor y la cambien por la comprensión, la unidad, la justicia social. Le pide, que le den al dueño de la viña los frutos de lo cosechado y el pago de los dones recibidos.
Jesús, todavía hoy dise: todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, tenedlo en cuenta. Y lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis, visteis en mí, ponedlo por obra.
Dios ha visto como le han ido cerrando la puerta de organizaciones, de hogares, de familias, y de corazones. El rechazó hacia Dios ha sido sembrado en la humanidad y como una enredadera de jardín, poco a poco va tocando a niños, jóvenes, adultos y ancianos, sofocando la felicidad, la paz, la alegría, y la fe en las vidas personales y familiares. Hay quienes le rechazan con sus palabras, o sus acciones, o su hipocrecia, o su religiosidad sin obras. Y tú: ¿también rechazas a quien solo busca enseñarte el camino hacia la felicidad, hacia la vida eterna, hacia la verdad, hacia la luz del mundo? Ora y respondele a Dios hoy, con tus actos, pensamientos y tu corazón. Oh, Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.
Bendiciones
Mateo (21 33-43)
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