¿QUIERES SER RESCATADO?
Paz y bien hermanos.
Durante la vida, las personas van ensamblando su carácter, construyendo la estructura que les sostendrá. En ocasiones, los vientos de la vida llegan a soplar fuertemente y llegan a razgar lo externo, herir lo interno y quizás arrastrar consigo parte de lo construido. Difícilmente la persona llega a pensar que no estaba preparada para tales eventos, y en el momento de reconstruir su vida, quizás termina solamente cubriéndolo todo con apariencias y continuando la senda para de pronto volver a repetir lo acaecido al llegar de nuevo los vientos con gran fuerza.
Cuando la vida se construye con esfuerzo y con sacrificios, los materiales de construcción de la misma se hacen más fuertes y duraderos. Los cimientos ganan resistencia y la vida misma se hace a prueba de tormentas, huracanes y vendavales.
¿Te has caido y vuelto a levantar, mas tus fuerzas no son suficientes para evitar que vuelvas a caer? ¿Te has propuesto algo en la vida que no has podido terminar? ¿Has huido de alguna responsabilidad u obligacion?
Jesús es el viento de ayer, de hoy y de siempre, es la brisa que lleva la buena nueva hasta los confines del mundo. El, empuja a quien decae, levanta a quien mas no puede, alienta a quien claudica. Jesús se acerca a la vida de todos inclusive a quienes aún hoy día le rechazan, con la brisa suave del amor, de la paz, de la alegría, del entendimiento, de la misericordia, para alejarles del pecado, acercarles a Dios Padre, enseñarles el camino de la salvación, e impulsar la realización personal.
Así como se eleva la cometa, el papalote sobre el horizonte, empujada por el viento, así, cada página del evangelio, cada momento de la vida de Jesús, empujan a la humanidad lejos de la ignorancia, la oscuridad, la soledad, la incomprensión, la guerra, la discriminación, la pereza, el odio, la envidia, el egoísmo, la vanidad, el placer, la miseria humana y el fracaso personal.
Aprovecha la mano de Jesús que se extiende hacia ti, para que junto con Él camines sobre las aguas, las tormentas, la oscuridad, las penas, las enfermedades. Transforma tu vida por aquella que Jesús ofrece empujar con el viento de su presencia, el soplo de su amor, la fuerza de su Santo Espíritu.
Cuando le necesites, solo grita con mucha fe: “Señor, sálvame” y ten la seguridad de que su mano se extenderá y su manto te cubrirá y su existencia sobre la tuya irrigará, como una brisa suave, por el resto de tu existencia. Y tu manten tu vida leal a Cristo y anclada en la oracion si deseas ser rescatado.
Bendiciones
Comments