QUIEN DIRIJE TO BICICLETA

Paz y bien hermanos.

Con gran entusiasmo se recibe la primera bicicleta y con mayor temor, se monta en ella y se lucha por aprender a manejarla, gracias a que alguien te ayuda a mantener el equilibrio.  Cuando al fin se logra pedalear continuamente moviéndose erráticamente, se da uno cuenta que el problema ahora es como parar la bicicleta.  Algo parecido sucede en las discusiones familiares.  Las personas se montan en un tema que no saben manejar y tratan de aprender a dominarlo, cayéndose ocasionalmente en el pasado, o desviándose del curso de lo cierto y verdadero y muchas veces viéndose atrapados en un tren sin frenos que les arrolla y destruye, y esto es porque nadie te esta ayudando a mantener el equilibrio.

¿Te ha sucedido que tus intenciones eran buenas, mas los resultados terminaron siendo malos? ¿Hay algo en tu vida que inevitablemente no puedes frenar,  te arrastra,  te acusa, te juzga y te condena?  ¿Haz meditado sobre cuantas cosas diarias son de la luz y cuantas de la oscuridad? 

El ser humano busca soluciones lógicas, prácticas, eficientes, correctas o las llamadas óptimas para cada situación de la vida.   En ocasiones ellas aunque  resuelven, crean otros problemas o generan conflictos con terceros.  ¿Por qué?. 

Quien se monta en la bicicleta de la fe, logrará caerse menos veces, no tanto por su perseverancia y esfuerzo,  como  por su entrega sincera, amplia, clara, y profunda.  Porque una vez se empieza a pedalear, se debe entregar el corazón para iluminar y  guiar, la mente para aprender, el alma para  fortalecer y la vida para que se impregne de la palabra de Dios, de la oración y del amor ágape. Solo así podrás mantener el equilibrio siempre.   Por eso Dios nos dice: “estáis salvados por su gracia y mediante la fe. Y no se debe a vosotros, sino que es un don de Dios; y tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir”

Jesús golpea a las puertas de corazones, mentes, hogares y vidas, queriendo entregar a todos el mensaje personalizado y especial de Dios, su misericordia, su amor, su paz, su sanación.

Y Jesús encontró sendas que fueron bloqueadas con leyes y dogmas humanos, con creencias e ideologías personales, para que Él no pudiese ingresar en sus vidas de poder, apariencia, opulencia o vanidad.

La razón está en lo que Dios nos ensena: “pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios”

Mas Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.  El freno a todo temor, tristeza, miseria, desilusión, pecado, es Cristo. Monta tu vida en la  bicicleta de la fe, y pedalea con confianza orando, sirviendo e instruyéndote,  sabiendo que Él es quien te ayuda a mantener el equilibrio y dará a tus intenciones  y problemas, la luz, la solución y el freno oportuno.    Asegurate de que es Cristo quien empuja tu Bicicleta. Bendiciones 

JUAN (3 14-21)