¿QUIEN CONSTRUYE TU NIDO?

Paz y bien hermanos.

El gallo canta en medio de la oscuridad de la noche, porque sabe que horas más tarde vendrá la luz. Las aves que ni trabajan ni se educan, ni se preocupan, ni tienen posesiones, viven diariamente de las migajas que caen de la mesa de la naturaleza. El rio corre presuroso mientras regala sus aguas a los campos y montañas, a los arroyos, lagunas, lagos y el mar, porque sabe que su cauce será alimentado una y otra vez mas sin parar. El niño que mira por la ventana, lo hace porque sabe que su padre no tardará en llegar.

Una profesora instruyó a sus estudiantes para que escogieran a la persona que en la clase ellos confiaban más. Cada niño debía de tener un compañero o compañera para la actividad. Cuando ya todos estuvieron listos, la profesora continuó con la siguiente instrucción. Cada estudiante le va a vendar los ojos a su compañero quien estará de pie esperando le cubran sus ojos. Cuando todos habían cumplido con la instrucción, entonces la profesora le pidió a cada niño que se colocara a espaldas de su compañero y luego les pidió a quienes no podían ver que se dejaran caer de espaldas sobre el amigo de confianza que les esperaba atrás para recibirlos y evitar que se lastimaran. Una vez todos cumplieron con la tarea se invirtieron los papeles y se repitió la actividad.

Hay quienes confían en su vida, en sus planes, en sus metas, en cada paso de su día, sin preocuparse de si vivirán otro segundo más o piensan que son dueños de su destino y de lo que en la oscuridad del más tarde se les avecina. Mientras, que el ave que construye su nido con los sobrantes de la naturaleza, se refugia en el de las tormentas, del huracán, del mal tiempo. Lo que con su débil pico y frágil vida pudo hacer hoy lo usa para resguardarse como si fuese su fortaleza, porque su confianza esta en quien diseñó el nido, quien les dió el plano, las herramientas y los materiales para hacerlo.

¿Cuánto poder le damos en lo que confiamos y de donde viene nuestra confianza? ¿Quién teje a nuestro alrededor y con qué materiales, el nido que alberga nuestra existencia en el cual sobrellevamos nuestra frágil humanidad? ¿Eres tu el pilar que sostiene y la sombrilla que protege, bajo el cual alguien puede sentirse seguro y respaldado?

Jesús es el primer nido seguro en el cual se pudo resguardar la humanidad. Porque es Él la expresión misma de un Dios que baja a vivir con su pueblo, es la expresión misma de un Dios con nosotros, es la persona que garantiza que Dios es real, que nuestro Padre celestial existe, que su plan y su amor son tan ciertos como lo son la naturaleza que creo para todos nosotros, tan cierto como el viento que acaricia la vida del caminante durante toda su vida.

“Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor. Bendito quien confía en el Señor y pone en el Señor su confianza. Será un árbol plantado junto al agua, que junto a la corriente echa raíces. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo”

Que la palabra de Dios construya tu confianza en Dios, fortifique tu nido, te conceda la fortaleza y la certeza de que ni los vientos, ni las tormentas lo derribaran. Deja que la oración inunde de paz, de amor, de alegría, y de misericordia el nido que la fe construye verso a verso lentamente en ti.

Bendiciones

Lucas (6,17.20-26)