¿QUE VAS A SEMBRAR HOY?
Paz y bien hermanos.
La naturaleza está hecha con la misión de servir y sacrificar. Por esto la naturaleza se entrega constantemente para que el ser humano viva. El aire que respira se mueve por todas partes para irrigar los pulmones y a cualquier ser que le necesite. Cuando se abre una ventana, una puerta, una mente, un corazón, la naturaleza inmediatamente, irrumpe, penetra, entra con su vida, con sus dones y sus regalos, para ofrecerse completamente y ayudar, sembrar, servir.
¿Eres de los que están dispuestos a dar? ¿Hay en tu mente y tu corazón el deseo y la disposición de servir? ¿Crees que puedes ayudar a cambiar algo en el mundo de hoy?
Quien crece en un hogar donde los padres comparten los trabajos, las obligaciones, las tareas y enseñan a los hijos a ser coparticipes de la misión diaria, ellos, los hijos, serán seres dispuestos a dar una mano, a irrigar un jardín humano, a preservar y cuidar su medio ambiente, a sembrar y cultivar para dar a los necesitados.
Jesús aprendió de su Padre la bondad y la misericordia, el amor y la alegría, la paciencia y la comprensión. Aprendió a dar, a entregar, a servir, a interesarse por los demás, a dolerse del dolor ajeno, a sacrificarse. Jesús como la naturaleza del Padre, sigue hoy sirviendo y sacrificándose.
Quien ascendió a los cielos, no se lavó las manos, ni se desentendió, ni se jubiló, ni se apartó de la misión y la tarea que su Padre le encomendó. Jesús continúa irrigando el mundo con su fuerza, su presencia, su mensaje, su amor, porque fue la tarea para la cual fue hecho y la cual vive con alegría, gozo y paz.
Tus manos son más fructíferas cuando sirven que cuando reciben, tus ojos son más hermosos cuando miran el bien que pueden hacer y no lo que pueden recibir, tus pies son más eficientes cuando caminan la senda justa, el camino recto. Cuando llevan mensaje de aliento, de sanación, cuando apoyan al caído y cargan al impedido. Cuando dejan huellas que perduran en los corazones de quienes han recibido. Tu vida entregada a la misión de Dios aflora y da frutos cuando la dedicas para servir a tus padres y tus hermanos, tu conyugue y tus hijos, tu iglesia y tu comunidad, tu país y el mundo. Esta es la misión que Dios ha querido enseñar a la humanidad a través de la vida de sacrificio de su hijo. Jesús le dijo entonces a sus apóstoles y a ti hoy: Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he venido.
Dios en su palabra nos recuerda que: El hombre está en la tierra cumpliendo un servicio, sus días son los de un jornalero; Como el esclavo, suspira por la sombra, como el jornalero, aguarda el salario.
Vive sembrando ejemplos de oración, de servicio. Vive sembrando la semilla de la salvación a través de la Palabra de Dios. Vive y expresa tu vida en el sacrificio diario en tu hogar, en tu iglesia y en el mundo entero.
Bendiciones
Marcos (1 29-39)
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