PROMESAS TEJIDAS CON AMOR

Paz y bien hermanos.

Si el barco no zarpa, no llegara a puerto, así, como si el sol no sale, no llegara la luz. Hay acciones que son necesarias en la existencia de la humanidad, para que halla cambio, que algo se cumpla, algo termine. En la realidad, no hay final sin comienzo ni mar sin olas.

¿Pudiste ir a una escuela y recibir instrucción? ¿Cuál es el resultado? ¿Te has quedado en la cama todo un día acostado? ¿Qué lograste con ello ese día? ¿Has pospuesto una tarea o actividad varias veces? ¿Qué pueden decir de ti, tus logros?

Dios dejó el universo entero lleno de huellas de diferentes tipos, para prometerle a quien las observa, una vida llena de regalos, llena de cambios, de ayudas, de inolvidables días y noches y remarcables bendiciones.

Se puede tener una vida sin Dios, sin fe, sin regalos. Entonces la vida deja de ser vivencia se transforma en mera existencia y el ser se convierte como en una especie de elemento que evolucióna y un día muere para ser fertilizante y alimentar la tierra de nuevo.

O, se puede vivir la vida con Dios y alimentar la fe con acciones, soltando las amarras de la inteligencia, zarpando lejos del conocimiento, navegando el mar que Dios ha creado para beneficio de toda la humanidad. Es aquí donde el ser humano estrecha las manos con su creador para asegurarse de que va hacia donde Él lo ha planeado, a cumplir la misión y la tarea que se le ha dado y a sembrar en el planeta nuevas semillas de fe, esperanza, amor, alegría, consuelo, fortaleza, paz y bienestar.

Para quienes creen o desean creer en Dios, Jesús les promete: “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera”

Jesús zarpa todos los días en busca de quienes se encuentran perdidos, confundidos en el mar de la vida. Su palabra es el salvavidas, que Él ofrece para que cada persona la vista, la amarre a su cuerpo, su alma, su corazón, para mantener la fe a flote, la mirada en Dios, para vivir según el Espíritu y dar muerte a las obras del cuerpo y así vivir según Dios.

Sus promesas están inscritas en su palabra, descúbrelas y vívelas hoy con tu oración diaria, y atalas a tu vida con el hilo de la fe.

Bendiciones

Mateo (11 25-30)