PRESENTA TUS SUEÑOS

Paz y bien hermanos.

Las montañas que en la distancia adornan y embellecen, son bajo nuestros pies, al acercarnos, retos que vencer, obstáculos que escalar y metas por lograr. El futuro que anhelamos tener algún día y vislumbramos en sueños e ideas, son bajo nuestros pies, al acercarnos a ellos, temores que superar, pruebas que vencer y perseverancia y convicción en cada paso, en cada momento y decisión.

¿En cuál de tus sueños encuentras vislumbras el éxito? ¿En cuál de tus metas percibes la felicidad? ¿En qué momento se teje el futuro y se cultivan los sueños y metas?

El ser humano construye y destruye. Con la verdad sostiene y con la mentira demuele. Con la honestidad afirma y con la codicia debilita, con la integridad edifica y con la apariencia ramifica y divide. Solo quien revela la bondad de su corazón en sus palabras y manifiesta su amor en sus acciones labra el futuro, construye sus metas y reafirma sus sueños.

María, la madre de Jesús, venció las montañas que obstaculizaban su camino y adornaban el horizonte de su futuro porque amaba a Dios, pensaba y actuaba según Dios. José su esposo, supero toda ley, toda convicción, toda creencia humana, gracias a que su mirada se postro en la belleza espiritual de María, no en su belleza corporal, se centraba en los dones divinos y la humildad de la esclava del Señor.

Quien suena con tener una familia, debe de saber que la belleza y la fortaleza de la misma, está en amar a Dios, en presentar su hogar ante Dios y entregar sus planes y anhelos a quien puede vencer todos los obstáculos y sanar todas las heridas, a quien puede fortificar las mentes y los cuerpos en los momentos difíciles y en las pruebas de la vida.

Cuando la razón de tus propósitos, el motor de tus anhelos y la fuerza de tus impulsos es tu cuerpo, tu mente y tu corazón, tus logros serán arrastrados por el viento como arena del desierto y nada perdurara.

Escala las montañas de la vida de la mano de Jesús. Camina con paso firma hacia tus sueños y propósitos, siguiendo sus huellas, acariciando al necesitado, sosteniendo al caído, sanando al herido, y mitigando la sed del sediento que halles en la senda de tu vida. Presenta a Dios todas tus acciones y deseos, tus hijos, tu familia, tu vida, tu trabajo, tus pensamientos y veras que serás rodeado de la gracia divina. Vencerás aunque una espada atraviese tu corazón y el sufrimiento asome en tu vida, porque Dios te sostendrá y en su plan tu vida retoñara.

Bendiciones

Lucas (2 22-40)