PENTAGRAMA DE LA VIDA
Paz y bien hermanos.
Toda vida humana es una bella sinfonía, compuesta por hermosas notas, cada una de ellas puesta de manera única e irrepetible en el pentagrama de nuestra vida. Algunas notas graves, otras agudas, otras muy fuertes y otras suaves, pero que unidas transmiten una hermosa verdad: nuestra vida es única e increíblemente valiosa. Como toda obra de arte es reflejo del artista que la creó, es decir, reflejo del amor de Dios.
La vida es como una gran sinfonía, donde cada quien va interpretando partes alegres en algunos compases, sólos tristes en otros. En algún momento, sus instrumentos se callaran, y nos dejaran huérfanos de su aprendizaje, su cariño, amistad y compañía insustituible. Cuando nace un bebé nace una inspiración. Que importante recordar que cada uno de nosotros es una inspiración de Dios. No fuimos creados al azar, Dios se detuvo en un momento de la eternidad a pensar en mí, con mis características particulares. Es por ello que todo ser humano es bueno, pues es fruto de una inspiración de Dios.
¿Qué tipo de melodía se podría escribir con tus acciones diarias? Una de paz, de amor, de algria, o una de tristeza, de soledad, de sosobra? ¿Qué notas musicales comparte tu vida diaria con las de otras personas y cuanta armonía logran juntos? ¿Puedes llevar música de aliento a los oídos de enfermos, o presos, o necesitados o acaso de esperanza, aliento, verdad y amor a los de tu propia casa?
Jesus decidio venir a interpretar la mejor melodía musical para esta humanidad. Vino a poner notas liberadoras de esperanza donde habían abusos, injusticias, esclavitud. Jesus unio su cuerpo, su mente y su corazón con las notas musicales de su Padre y dijo: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista; a poner en libertad a los oprimidos; a proclamar el año de gracia del Señor. Jesus vino a abrazar a los pobres con la música del padre celestial y siguiendo su misma tonalidad, para guiarles hacia la paz interior, hacia la senda de la superación, hacia los caminos de la entrega y el compromiso, de la bondad y la cooperación. Vino a entregar a las viudas y a los oprimidos, la música pacifica y esperanzadora del amor de Dios, de la justicia de Dios. Vino Jesus, a irrigar los caminos polvorientos con mensajes que llenan el alma, el corazón y la vida de todos quienes reconocieron a Dios en su hijo amado. Jesus te dijo ayer y te dice hoy: No estéis tristes, pues el gozo en el Señor es vuestra fortaleza. La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante.
Sal tu tambien al encuentro de Jesus, y unete a su melodiosa presencia, haste parte de sus acordes, se nota, integrate, unete a su oración y a su sacrificio, compenetrate con Dios irrigando tu existencia con la palabra de Dios. No permitas que tus acciones y pensamientos desafinen con la sinfonía divina de Dios. Haste instrumento en las manos de Dios, así, no hay divisiones en el cuerpo, porque todos los miembros por igual se preocupan unos de otros. Cuando un miembro sufre, todos sufren con él; cuando un miembro es honrado, todos se felicitan. Pues bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro. Entrega tus mejores notas musicales a Dios y que tu cuerpo viva la fiesta de interpretar al unisono su plan, su mensaje, su misericorida, su amor y su paz sobre todos quienes cruzan tu camino.
Bendiciones
Lucas (1,1-4;4,14-21)
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