LUCHA POR ESTAR UNIDO
Paz y bien hermanos.
Cuando ingresas a un lugar lleno de seres humanos, y vez que hay alguien solo, aislado, ignorado, te preguntas ¿es que acaso no es otro ser humano? ¿Qué es lo que une a las personas que las lleva a dividirse, parcializarse, o discriminar a otros? ¿Tienes un solo corazón o tienes un corazón dividido?
En retiros para jóvenes se ve claramente este fenómeno. Hay jóvenes que son aislados por los grupos que se forman y es muy evidente que estas personas solitarias no califican para nadie en ninguno de esos grupos. A donde ha llegado la humanidad que ha deshumanizado a otros seres, los ha desechado, apartado y abandonado en el camino de la vida.
Jesús halló esta misma denigración humana en su tiempo y a quienes asi actuaban les dijo: no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras. Dios por su parte nos pide que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó.
Cuando llegas a conocer tu propia existencia lograras darte cuenta si tu mismo estas dividido en tu interior cuando ves que: Eres de los que predican mas no aplican. Instruyes a otros sobre asuntos que tu mismo no haces. Aíslas a Dios para poder hacer tu voluntad. Aíslas sus mandamientos para poder sentirte libre. Sacas de tus decisiones a Dios para que se haga tu voluntad y no la de Dios. Mientes para encubrir o sacar ventaja y crees en tu mente que Dios está afuera en algún lugar donde ni te ve, ni te oye. No te sientes integrado con Dios, amado y dirigido por su presencia. Sabes que hay habitos, pensamientos y palabras que niegan a Jesus y aun asi no los desechas de tu vida.
Para ti que te hayas dividido en tu vida, que te sientes fracasado, triste, aislado, solo, perdido, abandonado, Jesús te dice: «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Por lo tanto permaneced en mí, y yo en vosotros. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.
Lucha para unificar tu existencia en un solo cuerpo, una sola mente y un solo Espíritu, así como Dios es uno con Jesús y el Espíritu Santo. Actúa con un solo rostro, habla con una sola palabra, observa con una sola mirada, y actúa como si fueses las manos y las huellas de Jesús.
Permaneced unido a la vid que es Jesús, permite que su palabra irrigue tu existencia para que logres dar frutos y así alimentar a otros en su nombre. Mantén tu unidad con Dios a través de la oración constante y fertilizaras tu vida, permanecerás y estarás alimentado por el tronco y la presencia de Dios. Lucha para que tus frutos sean producto de tu unión con Dios.
Bendiciones
Juan (15 1-8)
Comentarios