LUCHA CONTRA LA TENTACION
Paz y bien hermanos.
Como se filtra la luz a través de las rendijas así se filtran las impurezas en la vida. Igualmente, el polvo se mueve invisiblemente en el ambiente, y cubre lentamente todo lo que se queda quieto ante su presencia. Como la gota de agua que lenta y pacientemente a través del tiempo, empieza a dejar huella. Así mismo llega a la vida de las personas todo aquello que forma o deforma su carácter.
¿Hay algún pensamiento negativo que toca a tu puerta cada día? ¿Tus ojos solo ven lo que lleva al placer y la satisfacción personal? ¿En tus palabras hay tristeza, o resentimiento o dolor?
El ser humano que se queda estático en un deseo deja que se cubra su vida de un polvo que le inhabilita para seguir siendo digno. La persona que acaricia lo indebido, lo ajeno, lo impropio, debilita su existencia, quema las horas y opaca su dignidad humana. Quien abraza lo impuro termina viviendo de lo oscuro, de lo incierto, de lo profano.
Jesús no se quedó en un lugar esperando a que llegasen los necesitados, sino que salió a su encuentro por todos los caminos y veredas, lagos y ríos, mares y océanos. Ingresó en la vida de la humanidad para hablar del peligro que hay cuando dejamos que las impurezas lleguen a nuestra existencia. Hoy Jesús sigue buscando en cada hogar quien le necesite, quien busque sanación, quien desee regresar a la paz, a la alegría, a la bendición que Dios le regalara un día.
Jesús busca a quienes le digan – “Si quieres, puedes limpiarme”. Para acercarse a su senda e ingresar en sus vidas, no solo para sanarles una vez, sino para acompañarlos por el resto de su vida en el camino de la purificación y la sanación interior.
La tentación es esa gota de agua que no desiste ni desistirá de caer sobre el cuerpo humano tratando de hacer mella y marca en quienes le permiten actuar sin tomar medidas reparativas. La tentación es esa luz que llega iluminando promesas falsas, visiones y fantasías que nunca llegaran a ser ciertas.
Jesús no abandona a quien le llama, a quien le busca a quien le reconoce como el pastor, el salvador, el hijo de Dios. Jesús llegara y se quedara con quien le abre su vida y le abraza y acoge cada día.
Busca a Jesús en sus palabras, buscalo en tu oración diaria, buscalo en tus pensamientos claros, en tus miradas ciertas, en tu palabras sabias y misericordiosas.
Bendiciones
MARCOS (1 40-45)
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