LA VOZ DE LA OBEDIENCIA
Paz y bien hermanos
Cuando se piensa que hay que manejar el auto por 12 horas para llegar a ver un ser querido, se duda, se piensa, se sacan excusas, se buscan alternativas. Mas sin embargo hay quienes decidieron manejar toda su vida todo momento, todo instante, todos los días, hacia la honestidad, la verdad, la fidelidad, la paz, el amor, la alegría, la integridad. Cuando se piensa lo difícil que es enfrentar los problemas que pueden costarnos el trabajo, una nota, una posición, la fama, un lugar en el corazón de alguien, hay personas que no son capaces de enfrentar esa prueba y toman el camino oscuro de la mentira, la hipocresía, la deslealtad. Mas, sin embargo, hay quienes obedecen la voz de lo cierto, lo real, lo transparente, lo correcto, lo puro, lo honesto.
¿Frente a las decisiones diarias, afectas a otros con tus soluciones o decides siendo considerado?
¿Obedeces en la navidad a el deseo de intercambiar regalos, o a la oportunidad de cambio y mejora personal, de reparación, perdón y sanación interior? ¿Eres obediente a la luz, lo positivo, lo honesto, lo claro o por el contrario a la oscuridad, lo negativo, lo desleal, lo turbio?
María siendo aun muy joven estuvo preparada para responder a lo fortuito: “No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús” , fue obediente a las enseñanzas de sus padres, cuando tuvo que tomar la decisión mas importante de su vida: “Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra” Gracias a su respuesta se vive la Navidad, gracias a su persistencia, nació Jesús, gracias a José, se cumplió el plan de Dios de darle una familia terrenal a su hijo. Gracias a la obediencia de quienes abren su vida, su mente y su corazón al plan de Dios, hoy día se llevan alimentos a los necesitados, medicinas y sanación a los enfermos, el evangelio a los presos, y se asisten a las parejas y matrimonios en conflicto para que la luz de la navidad siga brillando y Jesús siga naciendo en los corazones, las vidas, en todos los rincones de la tierra. Se obediente y ora para que se cultive en ti un corazón lleno de gracia. Para que la palabra de Dios sea la voz que nutra tus acciones, e inviten a otros a descubrirla y a caminar fielmente más allá de la Navidad.
Bendiciones
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