LA RESPUESTA DEL CUERVO
Paz y bien hermanos.
Creo que has escuchado decir: “Cria cuervos y te sacaran los ojos”. Cuando observas esta ave y te das cuenta lo tramposa que es, lo hábil para aprender y lo ingeniosa para obtener lo que quiere, empiezas a entender el porque del refrán. Puedes creer que ama quitarles el alimento a otras aves que han trabajado para conseguirlo. El cuervo ama lo fácil y es más fácil robarle el nido a otra ave que construir uno con esfuerzo y sacrificio. Es más fácil quitarle el alimento que buscar el propio y le es más fácil usar la inteligencia para el mal que para el bien. La humanidad ha entrado en una etapa donde el comportamiento del cuervo se está haciendo más común y se pone en tela de juicio el amor, la hermandad, el calor humanitario. Todo ser humano puede usar las semillas para sembrarlas, comerlas o botarlas, ¿Qué has hecho con las tuyas? La gran riqueza y diversidad de cada ser humano le permite lograr hasta lo inimaginable ¿conoces esta riqueza personal o te sientes pobre y miserable? En el ámbito personal ¿cuántas de las personas con que convives, compartes, estudias o trabajas a diario pueden atestiguar positivamente de tus acciones, de tus muestras de amor y de honestidad?
Jesús vino a despertar la humanidad de su letargo. Vino a invitarle a abandonar la conducta del cuervo y en cambio tomar la actitud del bautizado, del creyente, del que indaga, busca, trabaja, actúa. Por eso, Jesús te invita a que des gracias a Dios, a bendecirle con tus pensamientos, palabras y acciones, a proclamar su gloria, a hablar de sus hazañas, a vivir la fe plenamente. ¿De estas cuatro peticiones, cuantas tu realizas a diario? Tu respuesta te mostrara de qué color es tu fe, tu convicción, tu mente y tu corazón. Tu respuesta revelará si tu amor a Dios es o no como el amor del cuervo.
La razón es bien sencilla. Dios tomo la iniciativa. Dios acampa en medio de los hombres día a día. Dios esta con su creación sin falta alguna. Tu respuesta a Dios, sencillamente es un reconocimiento a lo que recibes gratuitamente de Él.
Jesús llega a tu existencia diaria con una propuesta para tu vida: “Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros”.
Que Tu respuesta sea mejor que la del cuervo, sea sincera, sea grata, constructiva, abierta, sin intenciones personales, y sobretodo llena del deseo de ser un amigo de Jesús y no un cuervo de Jesús.
El mundo te guiará constantemente hacia el egoísmo, la ambición, la envidia, el oportunismo, la conveniencia, la desunión. Que tu inicies tu día cada mañana, con una oración que alimente tu mente y tu corazón con la fortaleza que necesitaras para negarte a seguir las huellas del mundo y mantener tu vida bajo el amparo de Dios, de la mano de Jesús, guiado y fortalecido por su Espíritu Santo.
Así como el ave no se preocupa de lo que comerá durante el día porque Dios le provee, así mismo tú, en la palabra de Dios hallaras el grano, la semilla que alimenta, sostiene, mitiga y sana diariamente. Extiende tus alas espirituales y recorre con tu oración la senda hacia Jesús y cuando le encuentres, coge su mano que se extiende hacia ti y vive su amor plenamente y aprende de Jesús, porque si en su mano hay amor aún más hay en su corazón, en su mente y en cada huella que deja al caminar a diario al lado de quienes le siguen, le buscan y le aman en el servicio a la familia y al prójimo.
Bendiciones
Juan (13,31-33a.34-35)
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