LA FILA DE LA SALVACION

Paz y bien hermanos.

En los parques de diversiones las filas para poder disfrutar de alguna de sus atracciones son tan largas, que difícilmente se sabe, para cuál de los juegos es la fila. Para saberlo hay que ir al inicio de la fila y empezar a caminar hacia atrás hasta llegar al final. Es triste encontrarse más tarde con que me equivoque de file. Como sucede en ocasiones en los supermercados donde le dicen a uno: esta fila es solamente para comprar 8 productos. O esta fila solo acepta efectivo. Para saber las respuestas correctas y no equivocarse, hay que buscar las señales, las instrucciones, prestar atención y hacer preguntas correctas.

¿Has ido a algún lugar a hacer fila para obtener algo, y después de varias horas, darte cuenta que no calificas, que no es para ti, o que estas en la fila equivocada? ¿Hay algo en tu vida de lo cual estas seguro(a) y puedes garantizar a otras personas que sin lugar a dudas estas en lo cierto? ¿Hay algún mensaje, historia, o señal que te crea dudas, te da más preguntas que respuestas, o no te da seguridad y confianza sobre su verdad?

Cuando escuchas el mensaje de Juan el Bautista: “Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; en su mano tiene el bieldo para aventar su parva, reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga” pueden tocar a tu puerta la duda de si el personaje fue real y existió. Con esta duda, ya no importa el mensaje. Por otro lado, si Juan no es el problema, entonces posiblemente lo sea su autoridad para bautizar con agua. La realidad es que cualquier persona puede bautizar con agua hoy día, especialmente en caso de emergencia. Entonces se nos pone en evidencia algo que certifica que no hay propósitos personales en Juan. Quitarse uno para poner adelante a alguien más importante. No muchos ceden su lugar, su título, sus privilegios fácilmente. Por eso a muchas personas les cuesta trabajo el nombre de Jesús. Porque es más grande, más poderoso, porque es dueño y Señor de la vida y de la muerte, de lo que se ve y de lo que no se ve, de lo alto y lo terrenal. Porque para que Él entre, lo malo de uno tiene que salir. Su poder es tan grande que tiene el poder para separar los buenos de los malos y de quemar la paja en una hoguera que no se apaga. Hay en Jesús un mensaje que invita a cambiar, perdonar, abandonar lo oscuro, lo triste, maligno, sucio, lo egoísta. Un mensaje que tampoco le da privilegios a Jesús, sino a quien acepta este reto de empezar una vida nueva, un camino nuevo, un proyecto de vida nuevo. Quien acoge a Jesús y sus palabras con amor, gana la oportunidad de empezar a vivir el plan de Dios y pierde los temores y la inseguridad, que la oscuridad implantan. Entra a la fila de la salvación. Trae luz a tu vida leyendo la palabra de Dios. Trae bendición orando diariamente. Trae amor y paz a tu vida, viviendo a Jesús que te da la seguridad de un bautismo con Espíritu Santo y fuego.

Bendiciones

Lucas (3,10-18)