ITINERARIO DEL TREN ESPIRITUAL
Paz y bien hermanos.
Mientras un tren sale a su hora para cumplir un horario, siguiendo una ruta trazada por la vía férrea, los vehículos siguen las pautas o señales, y conducen por las vías asignadas. No así la mente humana que fue hecha para construir las sendas y determinar los horarios. Los pensamientos de las personas no tienen hora de entrada ni salida, no tienen senda, ni destino, no tienen riendas ni camino.
¿Sabes cuál será tu próximo pensamiento? Cuándo te equivocas al hablar ¿cómo sabes que te has equivocado? Cuando amas ¿Cómo identificas el verdadero amor del pleno deseo o el simple gusto?
Para las personas de ayer las palabras tenían un gran calibre y peso, y con ellas firmaban contratos y promesas. Para las personas de hoy las palabras van y vienen como un tren y generalmente encierran propósitos personales, lo que las limitan como las vías del ferrocarril. Los pensamientos humanos son cada día más conducidos o inducidos por las ambiciones y deseos personales que por las necesidades ajenas y el amor al prójimo.
Así como las aguas de los ríos han sido contaminadas con la explotación de la naturaleza, el descuido del humano que arroja colillas de cigarrillo y desperdicios en todas partes, así mismo las palabras y las intenciones de la humanidad han perdido su pureza, su calidad, su misión, su intención inicial de construir, amar, abrazar, ayudar, alimentar, proveer, sustentar, aliviar, sanar y unir.
Jesús terminó sus días en una cruz para decirle a todo quien le busque que la meta y el propósito de toda la creación es sacrificarse para darlo todo por los demás, como lo hace la semilla, lo hace el sol, la luna, las estrellas, el aire, la tierra, las aves, los animales y los demás. Y tú, ¿en qué parte de esta foto estas?
Pues todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.
Lo has recibido tú como lo han recibido todos, porque el Espíritu de Dios está dispuesto para todos. Si no vives el Espíritu, es porque tu existencia lo ha sepultado, encadenado, encarcelado. Si sigues las vías férreas de tus deseos, no eres libre sino esclavo.
Lo que construyes con dinero se esfumara, lo que haces con el Espíritu de Dios permanecerá. Porque si Dios te retira el aliento, expiras, y vuelves a ser polvo; más si Él envía su espíritu, te crea, y repueblas la faz de la tierra.
Aleja de tu existencia todo lo que mata el Espíritu, para que te purifiques, y puedas sentir y apreciar la pureza y riqueza que ha sido puesta en tu vida. La bondad, la alegría, la paz y la sabiduría que ha sido depositada en tus manos, para que la vivas y la entregues como el sol entregan su luz y la madre su cuerpo, y Jesús su vida por ti.
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos». Bájate en la estación de la fe y construye con oración y la palabra de Dios un corazón libre de lo personal y dispuesto a seguir la voz del Espíritu de Dios, así como el viento parte sin horario ni itinerario para cumplir su misión sobre la tierra.
Bendiciones
Juan (20 19-23)
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