HECHOS PARA RECIBIR
Paz y bien hermanos.
¿Te has dado cuenta de que en tu vida has estado recibiendo todo el tiempo? ¿Sabes de quien recibes lo que hoy tienes? ¿Piensas que lo tuyo es tuyo y nadie te lo dio?
Las plantas reciben el sol, el agua, la luz, la sombra. Las nubes reciben su forma, su fuerza, su existencia. Las estrellas reciben su luz, y los planetas su fuerza y su movimiento. Nada se mueve solo, como tampoco tus ojos, tus labios o tu boca. Ni tus piernas, ni tus brazos, ni tus palabras actúan por mismas. La vida se ha recibido y tú la cultivas, la encaminas, la enriqueces, la adornas, la consientes y acaricias, la llevas por todas partes, más la vida la has recibido.
Puedes recibir luz como las estrellas o puedes quedarte en la oscuridad del valle de la vida. Puedes ser empujado para lograr grandes cosas, o quedarte estancado a mitad de camino si así lo deseas.
Se te ha entregado todas las riquezas del mundo, todos los animales, todo el universo, y lo puedes ayudar a cultivar y permanecer o le puedes consumir, destruir y desaparecer. Así como has recibido para dar, también se te ha dado para quitar, porque se te entrego la capacidad de escoger entre el bien y el mal, entre la vida o la muerte, entre la verdad o la mentira. Y lo que cosechas con tus decisiones eso lo recibes y lo reciben tus hijos y sus futuras generaciones.
Jesús fue enviado para entregarte aún más. La verdad, el camino y la vida llegaron con Él para entregarte la fe, la esperanza y el amor. Y Jesús, culmina su vida, entregándotela para que elijas entre aceptar su ejemplo de vida o seguir con el tuyo propio.
La llave de la existencia humana fue entregada a todos sin excepción y Jesús continua su labor, invitando a cada persona a través del evangelio y la palabra de Dios a encontrarla y a usarla. Y…. ¿Quién dices que es Jesus?
Lee, medita, ora, escudriña, ahonda en su mensaje y podrás descubrir de Dios:
¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento, el de Dios! ¡Qué insondables sus decisiones y qué ir rastreables sus caminos! ¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién fue su consejero? ¿Quién le ha dado primero, para que él le devuelva? Él es el origen, guía y meta del universo.
Entonces comprenderás que aun hoy sigues recibiendo de Dios, mientras Él pacientemente espera tu respuesta.
Bendiciones
Mateo (16 13-20)
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