EXTIENDE TU MANO A LO QUE QUIERAS

Paz y bien hermanos.

Quien nunca llega a la cita, no sabe lo que sucede a quien esperando se queda, como el velero que en la mar anhela, el viento que a su cita también falta para hinchar sus velas. Quien no irriga sus plantas, o no está presente o llega cuando ya todos duermen, ha sembrado un vacío, ha dejado tristeza, ha sembrado carencia en lo que aún está presente, le ha quitado vida, empuje, fuerza a quien aguardó y se quedo sin respuesta.

¿Te has quedado esperando el tren, el avión, el vehículo que te llevaría a algún otro lugar? ¿Has invitado a alguien que nunca llegó? ¿Has llegado a un sitio y lo encontraste cerrado por alguna circunstancia?

Hay quienes iniciaron la construcción de un sueño y no lo terminaron. Hay quienes salieron de viaje y nunca regresaron y hay quienes zarparon con un destino y a otro puerto llegaron.

De igual manera hoy te levantas con un plan y más tarde cancelas, cambias, desfalleces, abandonas, o sencillamente no puedes. En la vida de cada persona hay una cantidad de innumerables eventos que trastornan sus planes y afectan sus decisiones.

Jesús encontró en su camino también, una cantidad de inconvenientes y halló muchísimos imprevistos. Jesús se detuvo a sanar, a hablar, a dialogar, a aconsejar. Jesús, a pesar de tantos retrasos nunca dejó de llegar a donde tenía que ir, no dejo a nadie esperando, no permitió que los eventos le impidieran cumplir con su padre la cita, la misión, la tarea. Jesús sabía que debía ayudar a muchos, mas también sabía que entre todas las tareas, su misión principal era cumplirle a Dios. Así que desechó aquello que le hubiese podido afectar su compromiso y se retrasó cuando tuvo que hacerlo como sucedió con su visita a la casa de Lázaro, donde tenía que llegar cuando Él ya hubiese muerto.

Cuando las personas conocen sus prioridades, pueden comprometerse sin fallar. Cuando las personas saben lo que es más importante, pueden asegurar que cumplirán. Cuando cada individuo elimina de su jardín personal la rama seca, la hoja carcomida, la flor muerta, la mala hierba, y poda su existencia totalmente de todo aquello que le impida ser mejor, ser más, crecer física y espiritualmente, entonces tendrá la fuerza, el tiempo y la disposición para ser fiel a su propio plan y al compromiso con Dios y los demás.

Ser fiel no implica solo estar presente, sino seguirlo estando aunque se esté ausente, No solo es cumplir, sino seguir cumpliendo aunque nadie más este viendo. Ser fiel requiere ser y seguir siendo en todo momento transparente, honesto, integro, verdadero, autentico, siempre.

Quien le incumple al hijo, siembra un mal precedente, deja huellas, marchita y lacera una pequeña vida y su mente. Quien deja de cumplir a otros, siembra un desierto en el jardín de su vida, que poco a poco va creciendo hasta llevar tristeza, soledad, y aislamiento de la gente.

Jesús nos invita a continuar orando, para saber que es importante y que se debe abandonar en el presente. Jesús extiende su existencia que va más allá de la muerte, y su fidelidad al padre le acompaña hasta el presente.

“Si quieres, guardarás los mandamientos y permanecerás fiel a su voluntad.

Él te ha puesto delante fuego y agua, extiende tu mano a lo que quieras.

Ante los hombres está la vida y la muerte, y a cada uno se le dará lo que prefiera.”

Bendiciones

Mateo (5 17-37)