¿ERES O IMITAS?
Paz y bien hermanos.
El padre Juan Pedro Hernández en una de sus predicaciones habló de la diferencia entre el termostato y el termómetro. El primero regula la temperatura de una habitación o un lugar según se le haya manualmente programado. Mientras que el segundo mide la temperatura del lugar y cambia según la misma. De aquí concluyó, que la persona termómetro fluctúa, según el lugar donde se encuentre y sus acciones cambian según las condiciones ambientales. De otra manera, la persona termostato, sabe hasta dónde aguanta algo y sencillamente no permite que ese límite establecido sea quebrantado o manipulado.
¿Eres temperamental? ¿Actúas o vives? ¿Eres o imitas? ¿Sigues o lideras?
Cuando las sequias comenzaron a azotar a California, los agricultores empezaron a buscar maneras de traer agua a sus cosechas. Meses más tarde las primeras cosechas de frutas afectadas por la falta de lluvia empezaron a llegar a los supermercados. Por fuera la textura natural y vigorosa de las mismas permanecía, más en su interior, el jugo o la pulpa fueron afectados grandemente. En algunas frutas el corazón estaba seco, duro o petrificado. En otras la pulpa no tenia ningun sabor. Los agricultores ignoraron estos defectos y continuaron con la venta de sus productos como si fuesen de calidad. Ni los precios bajaron, ni los defectos en sus producto evitaron que llegaran al consumidor.
Cuando se trabaja por dinero, se produce cantidad, cuando se trabaja por convicción, se produce calidad.
La humanidad de la que nos habla Jesucristo es de esta primera, la que busca enriquecerse sin importar mucho como. La que busca sobresalir, aunque sea con mentiras. La que anhela gloria, poder y riquezas, aunque eso signifique quitarle, oprimir o empobrecer a otros. La que se adapta a las circunstancia, las épocas, el ambiente, los demás como lo hace el termómetro, para estar de acuerdo, estar a la moda, estar con los tiempos, ser moderno, ser actual. La que vende pobreza, pintada de riqueza a la humanidad. La que regala tristeza, vestida de alegría sin consideración ni piedad.
Jesús nos habla de que para quienes procuran su bienestar ante todo, Él ha venido a ofrecerles una visión de vida que reemplace su existencia por una vida de justicia pidiéndoles que amen a su prójimo como a sí mismo.
Porque: Así, como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos. Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por los que lo temen
Dios, hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Jesús es el termostato, es la medida, es la voz que llega a la vida de cada ser humano, para regular su existencia y enseñarle a vivir siendo transparente, verdadero, perfecto, autentico, limpio, puro, cierto, real, diáfano, integro.
Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.
Bendiciones
Mateo (5 38-48)
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