ENTRENAMIENTO PARA PESCADORES
Paz y bien hermanos.
El lápiz que empuñaste en tu niñez para trazar tus primeras letras y números, puede que hoy sea el pincel con el que capturas las miradas y la atención de quienes observan tus bosquejos, tus pinturas, tus planos arquitectónicos, tus presentaciones e ideas de mercadeo. Puede que sea la herramienta que permite conocer tu alma y tu corazón.
Las primeras letras que aprendiste se han convertido a través del tiempo en las palabras que te han cultivado la mente y el corazón. Han labrado la tierra de tu vida y abonado el suelo que pisas, y ahora hacen tus manos productivas, y tu vida un ejemplo de frutos y labor.
¿Qué parte de tu vida hoy consideras innecesaria? ¿Tu mayor atributo se originó en que parte de tu existencia? ¿Cuál de tus sentidos o habilidades no estas usando?
Tú y yo conocemos muchos que pintan con los pies, porque no tienen manos, hablan con los pensamientos, los libros, la música o las pinturas porque son mudos, llegan a todas las partes del mundo con videos y plataformas en línea, porque son inválidos.
Jesús llegó al mundo para rescatar al pueblo de Dios de las manos del enemigo que le había robado su libertad, sus dones, sus habilidades, su dignidad humana. Se encontró con muchos que se creian libres pero su poder les había vuelto ciegos y encadenado a la ambicion. Se encontró con muchos ricos, cuya fortuna les anclo al egoísmo o los hundió en el temor de perderlo todo. Se encontró con muchos que sintieron envidia y celos de Él y le blasfemaron, insultarón y levantaron falsos testimonios contra ÉL.
Jesús buscó, por tanto, a quienes en su pobreza y humildad no temían trabajar y luchar diariamente incondicionalmente, enfrentando las adversidades del mar de la vida y sus peligros, para tan solo poder subsistir. Jesús buscó personas sin ideologías, ni paradigmas, ni títulos, ni sueños de riqueza y fama. Jesús encontró corazones y mentes sedientas de paz, de amor, de humanidad.
Con ellos Jesús emprendió la misión cuyo lema era, es y será: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»
El primer lápiz, las primeras letras, los primeros pasos, todos fueron los que marcaron el inicio de tu entrenamiento. Con ellos podrás hacer grandes maravillas y transmitir grandes mensajes si los encaminas bien. Con ellos y con Jesús, llegaras al corazón de ciegos, cojos, enfermos, oprimidos, esclavos, presos y necesitados, y cosecharas bendiciones en el cielo y en la tierra. Pon tu vida al servicio de Dios y aquello que comenzaste algún día, tomará sentido, forma y una razón de ser, en el plan de Dios.
Ora, estudia la palabra de Dios, y prepara tu vida para que entiendas y practiques lo que es ser un pescador de hombres al lado de Jesús.
Bendiciones
MARCOS (1 1-14)
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