EL ALFABETO DE LA FAMILIA
Paz y bien hermanos.
Las letras de alfabeto son solo eso a menos que tomadas de la mano, abrazadas en oraciones, mezcladas en párrafos, tomen un sentido, una forma, un soplo de vida. De igual manera con las notas musicales, cuyas formas y textura, parecen manchas en el papel, más cuando se plasman una a una en el pentagrama, se unifican en sonidos que expresan y llevan la armonía, el compás y la vida que desean transmitir encomparsadas.
El supermercado está lleno de ingredientes que por sí solos puede que satisfagan una necesidad humana, pero que combinados con otros, crean el plato de comida, el alimento que nutre al ser humano.
¿Cuándo te miras solo en el espejo a quien encuentras? ¿Quién eres? ¿Qué representas?
¿Hay alguien en tu vida que te da un significado más amplio, que te hace cobrar un color, vida o forma más útil?
Y tú, ¿a quién complementas, a quien le das vida, forma, valor, sentido, a quien o con quienes puedes transmitir vida, amor, paz alegría?
El planeta tierra por si solo es una bola de agua y tierra, sembrado y cultivado. Mas la vida que en ella habita le da un sentido, color y matiz que le hace único y le enriquece. La humanidad que habita en el planeta tierra, no se ha podido encontrar aun en ningún otro lugar del universo. El universo entero está siendo explorado para hallar lugares donde se pueda hallar algo más que tierra y agua.
Dios quiso acercarse a su creación para ser parte de ella, y como las notas musicales o las letras del alfabeto combino su presencia con la de los seres humanos, para que Jesús, María y José, fuesen su puente de unión con los hombres. Jesús es la nota musical que transmite la piedad, el amor, la paz, la fuerza de gracia de Dios mismo. María y José son las letras del alfabeto que escriben con lenguaje humano lo que es la confianza, la lealtad, la pureza, la sinceridad, la fuerza, la actitud, la bondad, de las personas que aceptan, acogen y respetan a Dios.
Es así como Dios hace morada en la familia humana y se queda a vivir con ella por el resto de su existencia.
Quien desee unir su existencia con la de Jesús, debe entender que Él por si solo lo es todo y por eso nos dice:
"¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?"
Jesús es el camino a Dios, es la expresión de la verdad misma, sin la cual no podemos conjugar nuestra vida con la de Él. Jesús es la vida de Dios que habita con nosotros, y por ello “como elegidos de Dios, santos y amados, hay que revestirse de compasión entrañable, bondad, humildad, mansedumbre, paciencia. Hay que sobrellevarse mutuamente y perdonarse cuando alguno tenga quejas contra otro”.
Dios ha dejado un puente para que puedas acercarte a Él, usalo con la oración diaria, acogelo con el estudio de la palabra, vívelo y compártelo siendo tu una nota musical que se une al pentagrama del amor de Dios, siendo tu una letra del alfabeto afable, bondadoso, piadoso de Jesús, que da significado y vida a las palabra y huellas de Jesús, José y María, a través de tus acciones, pensamientos, y tu actitud en tu familia diariamente.
“Hijo, cuida de tu padre en su vejez y durante su vida no le causes tristeza.
Aunque pierda el juicio, sé indulgente con él y no lo desprecies aun estando tú en pleno vigor.
Porque la compasión hacia el padre no será olvidada y te servirá para reparar tus pecados.”
Bendiciones
Lucas (2 41-52)
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