DEJA LA CARGA EN EL PUERTO
Paz y bien hermanos
Si un barco zarpa se lleva consigo su carga y al regresar trae aquello que no se llevó. Mas si al zarpar regresara con su cargamento nuevamente, todo su esfuerzo habrá sido en vano, es como si hubiese estado anclado allí todo el tiempo. Cada persona diariamente zarpa por el mar de la vida con un cargamento de penas y alegrías, de ilusiones y decepciones, de metas y fracasos. Al regresar, ojalá traiga un cargamento nuevo, una vida nueva, un corazón y una mente renovada. De lo contrario su vida estará anclada, estancada.
¿Cuál es tu carga hoy día, y a donde la llevas, y cuando regresas, logras desembarcar libre de ella? ¿Hay en tu mente o en tu corazón, rencores o problemas que no puedes desatar, disipar o sacar de tu vida? ¿Sabías que aquello que te ancla, te corroe lentamente, te hunde poco a poco? ¿Sabías que el perdón es la única grúa que podrá sacar tu cargamento de frustración, pena, tristeza, odio, rencor y así alivianarás tu vida?
Jesús, vino a desatar los nudos que atan tu vida a la miseria, el fracaso, la desilusión y te dice: “Perdona la ofensa a tu prójimo, y se te perdonarán los pecados cuando lo pidas”, “Jesús, perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades; él rescata tu vida de la fosa y te colma de gracia y de ternura”
Cada amanecer desamarra tu vida de toda tristeza, rencor o pena con oración. Clama a Dios para que saque de tu vida el lastre que te hunde, te lastima, te minimiza, te ahoga. “Así, si vives, vive para el Señor, y si mueres, muere para el Señor, para que tanto tu vida como tu muerte seas del Señor”
Que la palabra de Dios te lleve a perdonarte a ti mismo y a tu hermano “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete”, y que por su poder sanador, llegue la luz de un nuevo amanecer a tu vida desatada, y navegando por el mar de la vida libre de toda carga, atadura y mal.
Bendiciones
Mateo (18,21-35)
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