¿DE QUIÉN ERES CÓMPLICE?
- csfasis
- 23 hours ago
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¿DE QUIÉN ERES CÓMPLICE?
SEMANA SANTA
Paz y bien hermanos
Que tal que soñaras que alguien se acerca a ti y te dice tu nombre y el de tu familia. Y luego te confirma lo que estás pensando y aún más te dice exactamente quien eres con defectos y virtudes.
¿Sería esto para ti un sueño o una pesadilla?
O Que tal que tu compañero universitario que ayuda a los pobres, a los estudiantes con problemas y a las familias, un día vienen a tu salón de clase a arrestarlo y se lo llevan y junto con él, a quienes le defienden o se oponen a su captura. ¿Serias tú uno de quienes lo defendería o uno de los que huiría?
¿Puedes pensar en al menos una ocasión en la que te hayas equivocado en tus juicios o en tus decisiones? Si es así: ¿Qué lección aprendiste?
Jesús es esa persona que puedes ver como un sueño o una pesadilla, como alguien a quien abandonarias o a quien ayudarias, o como un error o un acierto en tu vida. Puedes ser su cómplice o de quienes le persiguen. Decidelo después de escuchar este testimonio.
Pilato volvió a dirigirles la palabra queriendo soltar a Jesús, pero ellos seguían gritando:
S. «¡Crucifícalo, crucifícalo!».
C. Por tercera vez les dijo:
S. «Pues ¿qué mal ha hecho este? No he encontrado en él ninguna culpa que merezca la muerte. Así que le daré un escarmiento y lo soltaré».
C. Pero ellos se le echaban encima, pidiendo a gritos que lo crucificara; e iba creciendo su griterío.
Pilato entonces sentenció que se realizara lo que pedían: soltó al que le reclamaban (al que había metido en la cárcel por revuelta y homicidio), y a Jesús se lo entregó a su voluntad.
Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí.
C. Y cuando llegaron al lugar llamado «La Calavera», lo crucificaron allí, a él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.
Jesús decía:
+ «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen».
C. Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo:
S. «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros».
C. Pero el otro, respondiéndole e increpándolo, le decía:
S. «¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena? Nosotros, en verdad, lo estamos justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, este no ha hecho nada».
C. Y decía:
S. «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino».
C. Jesús le dijo:
+ «En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso».
Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu
C. Era ya como la hora sexta, y vinieron las tinieblas sobre toda la tierra, hasta la hora nona, porque se oscureció el sol. El velo del templo se rasgó por medio. Y Jesús, clamando con voz potente, dijo:
+ «Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu».
C. Y, dicho esto, expiró.
Busca en la palabra de Dios la pasión de Cristo y Ora para que puedas decidir quién es El en tu vida.
Bendiciones.
Lucas (22,14–23,56)
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Lucas (22,14–23,56)
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