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CONSTRUYE TU MORADA

Paz y bien hermanos.

Hay quienes construyen una casa, mas no saben cómo formar un hogar y hay quienes teniendo una casa piensan que es un hogar. La realidad es que la palabra hogar proviene de hoguera, del hecho de que en el interior de una casa se mantiene encendida esta llama que alimenta, calienta y facilita la vida. Cuando una casa se quema en un incendio, el hogar no se destruye porque no haya una casa, sino que esa llama de amor que une y apoya el vínculo familiar, se puede trasladar a cualquier parte.

¿Has conocido, o has tenido una morada en tu vida a la cual puedas llamar hogar? ¿Eres responsable de alguna manera en mantener viva la llama del amor, la unión y la paz en dónde vives? ¿Si pudieras hacer algo por mantener tu relación con los demás lo más limpia posible, que es eso que tu harías?

Jesús fue enviado a nacer en un hogar cristiano, fue iniciado, dirigido, educado, formado en un hogar donde Dios fue lo primero en todo. Jesús sale a las calles a predicar exactamente eso mismo que vivió desde su nacimiento.

“El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guardará mis palabras” Jesús invita a todo el que le ame a preparar su vida para recibirle, para acogerle, para mantener viva la llama del amor a través de la palabra de Dios y entonces Él y su padre harán morada, se quedaran, permanecerán y vivirán en quien les ame y les llame. Jesus vino a formar un hogar espiritual con cada ser humano.

Jesús no solo salió a las calles a predicar el mensaje que su padre le encomendó, no solo salió a levantar a los enfermos y a limpiar las cuerpos de los heridos, enfermos y poseídos. Jesús también vino a instruir la humanidad sobre la importancia de mantener un hogar cristiano en lo espiritual y en lo personal. Porque así como el cuerpo aloja en su interior el alma, el cuerpo se puede convertir solamente en una casa vaciá donde no hay vida y donde el espíritu se debilita por falta de alimento, de oración, del ayuno, de la conversión personal, del amor hacia Dios.

Abre las ventanas del entendimiento para que entre la luz del Espíritu de Dios en tu vida y permite que halle en tu interior el deseo, la sed, la gana, la necesidad, de que Dios viva en ti y tú en Él. Abre las puertas de tu corazón para que puedas recibir y mantener la paz que Jesús te entrega, que Él te da para que no tengas miedo y para que puedas vivir alejado de lo que el mundo te ofrece. Persevera en mantener ese hogar de amor y paz con Jesus.

Es entonces que debes prepararte para recibir el Espíritu de Dios; el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en el nombre de Jesús.  Él,  será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que  Jesús te ha dicho que hagas.
Aparta tu vida entonces de todo aquello que corroe, ataca y pretende destruir las murallas de la fe, la fortaleza del espíritu, tu morada celestial. 
Que tu vida construya diariamente la morada de Dios, donde Dios es su santuario, su luz es el cordero y su sol y su luna es la gloria de Dios que la ilumina. 
Bendiciones

Juan (14 23-29)



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