CAMBIA TU EQUIPAJE

Paz y bien hermanos.

La humanidad se maravilla  por los cambios en la naturaleza, el cielo, la tierra, los paisajes. Le atrae  la magia, lo misterioso, lo inexplicable.  Viaja por todo el mundo para conocer los vestigios de civilizaciones pasadas, y explora los mares y el espacio en busca de lo desconocido como también en alternativas para la vida misma.

¿Qué misterios hay en tu interior y que haces para explicarlos? ¿Qué cambios son necesarios en tu vida, tu comportamiento, tus acciones y que estas haciendo para lograrlos?  ¿Qué transformaciones han ocurrido a lo largo de tu vida y que frutos haz obtenido de ellas?

Cada persona tiene un equipaje que renueva según la edad y las épocas en su vida. Jesus vino  no a quitarle a la persona su equipaje. sino que permite que cada apóstol, que cada individuo, decida descargarlo y tomar lo que Jesús con amor y paciencia les entrega.  Que decida, cambiar lo que opaca por lo que ilumina. Lo que amarga y oprime por lo que endulza y libera. Lo que cegá y paraliza por lo que alienta y energiza.

Jesus cambio tanto como fue necesario en su vida, para que se pudiese llevar a cabo el plan de Dios. Y Jesus deja plasmadas huellas de cambio, de esperanza, de amor, de luz, que ensenan con amor a quienes desean dejarse guiar hacia la luz, la verdad, la alegría, el amor.

Jesús nos dice: “El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo premiará” 

Así como Dios metió la ley en su pecho, escribió en sus corazones; “yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo”, así mismo Dios no te pide que dejes ni tu barca, ni tu pesca, ni tu familia, más sí que abandones el equipaje que oprime, esclaviza, somete, ahoga, enfada, irrita, ata, minimiza, enorgullece, enaltece, desvía, engaña, pierde y succiona la vida mas si que  construyas un espíritu de amor y servicio, de caridad y misericordia, para que te hagas semilla y fuente de vida, luz de esperanza, senda de prosperidad, voz de aliento.  Que seas manos dispuestas a levantar al caído, ojos dispuestos a orientar al perdido, labios dispuestos a sanar, a animar, a apoyar, a sanar y bendecir y una vida entera dispuesta a entregarse por amor a Cristo.

“Por esto, os aseguro que, si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto”                           

Cambia tu actitud y fructificaras.  Sumerge tu mirada en la palabra de Dios, tu mente en la oración constante y tu alma y corazón en la perseverancia y disposición para seguir la voz de Dios, la cual es, alimento para toda semilla espiritual.   Bendiciones                                                         

JUAN (12 20-33)