ARA TU MENTE Y TU CORAZON
Paz y bien hermanos
El agricultor se acostumbra a preparar el terreno para su cosecha arando, deshierbando, nutriendo y regando la semilla para luego cuidar lo sembrado. Las personas como el agricultor se han acostumbrado a preparar las fiestas de cumpleaños y muchas otras fiestas importantes, planeando el lugar, la comida, los invitados y otros detalles según el presupuesto. Cuando llega el adviento muchos ignoran su motivo real porque todo se concentran en la fiesta, el árbol, las luces, las decoraciones, el día, la navidad, el año nuevo, los reyes, los regalos, lo externo, lo superfluo. La realidad es que la fiesta de la navidad se debería de preparar y hacer adentro de cada persona. La fiesta esta en arreglar tu yo espiritual. El lugar es la mente, el corazón. Los invitados, Jesús, José y María. El arbolito de navidad está hecho por ti mismo y tus buenos deseos para con todos, las ramas son promesas para sostener tus cambios personales, y las luces son tu amor y paz para con todos. Los preparativos incluyen limpiar toda la casa interior, asearse, deshacerse de todo pecado, maldad, envidia, tristeza, egoísmo, hipocresía, critica, infidelidad, deslealtad, mentira, temor, rabia, odio, rebeldía, indolencia, incomprensión. Los detergentes y limpiadores los hallaras en la oración, la meditación, el silencio, el dialogo con Dios, la lectura de la palabra, la sanación interior. Cada semana de adviento es una campanada que te pide reflexionar sobre lo que se ha logrado en la preparación para recibir a Jesús, y cuanto te falta para terminar tus preparativos.
¿Qué cambios necesitas hacer en tu rutina diaria, para acomodar tiempo para preparar la Navidad en tu interior? ¿Qué debes de hacer con quienes tu convives, para lograr que también ellos comprendan y entiendan que deben de preparar sus vidas para recibir a Jesús? ¿Estas dispuest@ a arar tu terreno interior para sembrar la semilla de la fe y expandir tu sembradío cada año para entregar una mejor cosecha al final de tu vida a Dios?
“Una voz grita: «En el desierto preparadle un camino al Señor; allanad en la estepa una calzada para nuestro Dios; que los valles se levanten, que montes y colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale. Se revelará la gloria del Señor, y la verán todos los hombres juntos –ha hablado la boca del Señor–.”
Que en este adviento halla oración, meditación de la palabra y música de paz y amor en tu interior, mientras preparas tu vida para sembrar la mejor semilla en el mejor terreno que tu puedas sacar de ti. Porque Dios envío su mensajero delante de ti para que todos preparen el camino.
Bendiciones
Marcos (1 1-8)
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