TU ERES LA LLAVE
Paz y bien hermanos
Con la misma llave que abres, cierras, con la misma boca que bendices, insultas, con las mismas acciones que ayudan, quitas, con la mirada que se compadece, también se critica y minimiza, con las mismas huellas de libertad se dejan rastros de odio y tristeza. Es que, tan solo con la verdad se libera, tan solo con una caricia se compadece, con tan solo un corazón puro se es niño. La decisión siempre es tuya, tú eres la llave.
Es que puedes abrir tu vida cada amanecer o sepultarla y puedes sembrar o talar o puedes animar o derribar. La llave siempre está en ti, en tu corazón, en tus pensamientos, tus palabras, tus acciones.
A ti Jesús te pregunta cada amanecer, ¿quién tú dices que soy yo? Tu respuesta diaria abrirá o cerrará, construirá o destruirá, alimentará o quitará, tu respuesta te hará o no la llave.
¿De qué llaves sabes que realmente tienes autoridad y de cuáles careces? ¿Quiénes están atrapados en tu vida, porque careces de las llaves que permitirían sean liberados, sean amados, sean ayudados, sostenidos, guiados?
¿Eres preso de ti mismo y no sabes cómo liberarte o prefieres tu prisión a vivir la vida que se te dio en bendición?
Ahora te dice Jesús: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.
Que tu oración diaria te haga llave de bendición y abra, libere, sane, fortifique a todos quienes cruzan tu sendero o buscan ayuda en ti. Que la palabra de Dios sea tu llave principal para abrir tu mente y tu corazón para que seas guiado hacia la presencia de Dios todos los días de tu vida. ¿Quién dice la gente que tú eres?
Bendiciones
Mateo (16,13-20)