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FOMENTA RAICES PROFUNDAS

Paz y bien hermanos

Un grupo de científicos construyeron en Arizona, la Biosfera 2, un hábitat biológico para experimentar. Por un descuido de los diseñadores, no se crearon las condiciones para que hubiera viento. Sin aire que circulara, surgía un problema: los árboles crecían hasta cierta altura y luego caían por su propio peso. La falta de viento impedía que desarrollaran raíces extensas y profundas.

La vida del ser humano busca a toda costa “facilitar” la existencia humana, quitando los vientos que causan fricción, las responsabilidades que para muchos crea resistencia, los trabajos y tareas que le roban el tiempo a la diversión, la religión que dificulta tomar decisiones, y vivir más libremente, con sus leyes, o mandamientos, y que no permiten que cada uno haga lo que le plazca. Este tipo de vida que la humanidad cada día anhela más como si fuese el secreto de la felicidad, viene siendo algo así como remover los vientos. Y esto significa una humanidad frágil sin raíces profundas, sin preparación para sostenerse y sobrevivir ante los retos de la naturaleza y la vida.

¿Qué atajos tomas a diario, que suprimes, que eliminas para obtener los resultados anhelados? ¿Si te dieran la oportunidad de vivir sin trabajar, la tomarías? ¿Si tuvieses lo medios para evitar que tus hijos no trabajen nunca, que tengan todo lo necesario sin esfuerzo alguno, los educarías ofreciéndoles todas estas facilidades?

Jesús caminó sobre las aguas porque se había educado en cómo usar los vientos a su favor y no en cómo evitarlos y llamó a Pedro para que bajara de la barca, y el bajó y echó a andar sobre el agua, acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: «Señor, sálvame.»

En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: «¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?» En cuanto subieron a la barca, amainó el viento. Los de la barca se postraron ante él, diciendo: «Realmente eres Hijo de Dios.»

Es que Pedro como muchos de nosotros no tenemos raíces profundas en la fe, hemos evitado los vientos que la prueban y fortalecen.

Quien ora a diario, fomenta raíces espirituales cada vez más profundas, que le permitirán vivir el terremoto, el fuego y descubrir a Dios en la brisa tenue después de la tormenta. Quien medita la palabra de Dios diariamente, fertilizará la tierra donde crecen sus pensamientos e intenciones y podrá resistir los vientos de la tentación que le empujan hacia el abismo. Frente a tus problemas diarios, lucha con oración y fe. Pídele a Dios que sople vientos de tormenta sobre tu vida, y resístelos para que fomentes raíces mas profundas en la fe.

Bendiciones

Mateo (14 22-33)

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