7 DIAS, CINCO PANES Y DOS PECES
Paz y bien hermanos
En un documental mostraban como los chimpancés se acercaban al campo de arroz en tiempo de cosecha y tomaban sobrantes para alimentarse. Pero uno de ellos tomaba su porción, y se alejaba del grupo para llegar hasta el mar donde remojaba su alimento y luego lo consumía. Mas tarde todos empezaron a hacer alimentarse de los desperdicios no sin antes remojarlos en agua de mar. También mostraban como las urracas cogían semillas de los árboles y las arrojaban debajo de los semáforos. Cuando los carros terminaban de pasar las aves bajaban al pavimento a recoger todos los pedazos de las semillas que los carros habían triturado. Otras aves se acercaban a la orilla del lago y remojaban su alimento hasta ablandarlo y luego pedazo a pedazo lo consumían.
¿Sabías que está en ti el alimentar tu espíritu, y que, para poder hacerlo, hay que remojarlo en el agua de la oración hasta que tu ablandes y sumergirlo en los propósitos sinceros del amor? ¿Sabias que no basta con trabajar para poder comprar alimentos y llenar la alacena y la nevera, sino que hay que pelar, cortar, lavar, cocinar antes de poder realmente alimentarse y este trabajo pocos lo llegan a apreciarlo? ¿Qué actitudes desarrollas o ejerces a diario en tu vida para que tus palabras sean de alimento a quienes las escuchan y no semillas duras que encierran bondad, y no granos secos que cuesta digerir y aceptar, y no rocas roban la paz, que lastiman a quienes las reciben?
A ti que escuchas Dios te invita alimentarte hoy y te dice: “Escuchadme atentos y comeréis bien, saborearéis platos sustanciosos. Inclinad el oído, venid a mí: escuchadme, y viviréis. Sellaré con vosotros alianza perpetua, la promesa que aseguré a David “. “El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones; cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente”.
Jesús llega a tu vida hoy y cada día, y te manda a que recuestes tu existencia en la palabra de Dios y, Él tomará de tu corazón tu ofrenda, tus cinco panes y dos peces, tu sacrificio, y alzando su mirada al cielo, pronunciará la bendición, partirá los panes y te dará sustento a ti y a todo quien comparta contigo su palabra.
Provéele a Jesús cada día tu mente y tu corazón, y así, ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna podrá apartarte del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús.
Bendiciones
Mateo (14 13-21)