CONVIVIR CON LA MALA HIERBA
Paz y bien hermanos
Para el fosforo basta solamente un leve rose para que arda y extinga su vida. Para las personas que han acumulado situaciones, que no han resuelto, que han llenado su interior de sinsabores, basta un roce más, para que exploten y destruyan a su paso. Para que la lluvia rompa el cauce, la presa, el estanque y se desborde para destruir, basta solamente una gota más.
¿Qué recibes y que de esto acoges en tu vida diariamente que pueda alimentar en ti una bomba de tiempo con poder destructivo? ¿Qué hábitos cosechas y como los fertilizas, y sabes qué consecuencias pueden dejar en tu mente, en tu corazón, en tu cuerpo o en tu vida? ¿Así como el cigarrillo afecta tu salud e indirectamente el humo que exhalas afecta la de quienes te rodean, que otros de tus hábitos podrían estar enfermando o lastimando a quienes te aman?
Jesús entro en la vida de la humanidad para enseñarle que el justo debe ser humano, y para darle la dulce esperanza de que, en el pecado, puedes encontrar el arrepentimiento. Jesús soplo sobre la humanidad su santo Espíritu, quien viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene. Jesús vino a sembrar la buena semilla sobre la humanidad cubierta por la cizaña que ha sembrado el enemigo, porque que el día de la cosecha el Hijo del Hombre enviará sus ángeles y arrancarán de su reino a todos los corruptos y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Acoge la semilla sembrada por Dios en su palabra, aliméntate de ella, nutre tu mente y tu corazón con su luz, su paz, su sabiduría, su instrucción y su mensaje de amor y fortifica tu vida para que seas parte del cultivo agradable y sano al final de los tiempos. Irriga con oración cada día, para que se apague el fosforo que te quema por dentro, se disipe la preocupación, la inseguridad, el temor, la duda, la incomprensión, la pereza, los sinsabores. Que la oración te llene de paz, sofoque la cizaña puesta en tu cosecha interior, y te permita saborear solamente las gracias que Jesús ha venido a derramar sobre tu existencia para fertilizarla y protegerla. Déjate mejorar por Dios para que la cizaña no te sofoque
Bendiciones
Mateo (13,24-43)