top of page

CANSADO DEL CAMINO

Paz y bien hermanos

Cuando siembras lo mismo constantemente, la tierra se cansa deja de producir, aunque la semilla sea buena. Cuando la persona cae en la rutina, se cansa, deja de amar, aunque tenga un buen corazón, deja de irrigar aunque tenga afluente de vida interior, deja de abrazar, aunque sus brazos anhelen hacerlo. Cuando el cansancio llega a la vida, la opaca, la aniquila, la oscurece y la postra irremediablemente en un rincón de tiniebla. El cansado en ocasiones insulta, se comporta indebidamente y toma decisiones erróneas. El llegar al cansancio es llegar a un callejón sin salida y quedar atrapado en el cuerpo que se niega a seguir adelante.

¿Cómo te comportas cuando estas cansado y de que maneras logras recuperarte? ¿Es el cansancio algo que ocurre en tu vida a menudo u ocurre solo para algunas actividades, aunque afecte a otras personas? ¿Es el cansancio el resultado de decisiones erróneas o el producto de ambiciones y metas desaforadas o es la consecuencia de terceras personas?

Jesús parecía en ocasiones cansado no de su misión, no de sus largas y arduas horas de evangelización, sino de la respuesta pasiva y equivoca de sus apóstoles y de algunas otras personas. Parecía frustrado porque todo su sacrificio no producía frutos. Cansado de ver la desidia, la frialdad y la injusticia repetirse una y otra vez.

Pero Jesús acudía a la oración diaria para evitar que se manchara la misión, el propósito de su padre, porque el cansancio transforma el rostro amable, la mano amiga y el corazón noble. Y con ayuno y oración, Jesús batalló el cansancio y labró en su senda estas palabras:

“Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera”

No permitas que el cansancio te lleve al precipicio y sepulte tu vida y los frutos que recibiste con ella.

Que tú también venzas tus batallas interiores y tu fragilidad como lo hizo Jesús, con la oración, porque el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en ti y Él vivificará también tu cuerpo mortal. Que la palabra de Dios te levante de tu agotamiento y te renueve con fuerzas reparadoras de luz y de paz. Que la hagas viva, para que no caigas en la rutina y la siembres en todos los campos y sendas por los que caminas.

Bendiciones

Mateo (11,25-30)

Mateo (11,25-30)

Featured Posts
Check back soon
Once posts are published, you’ll see them here.
Recent Posts
Archive
Search By Tags
No tags yet.
Follow Us
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
bottom of page