CULTIVAR TESTIGOS
Paz y bien hermanos
El campo arado habla de la esperanza y la confianza, del esfuerzo y del sacrificio. las montañas tejidas por cultivos hablan de dedicación y perseverancia, y de la bondad de la tierra que agradece con frutos la confianza depositada en su suelo. La carreta vacía habla con el eco y el bullicio de sus movimientos y la llena habla con el silencio producto del peso de su carga. Así también la mente habla de su contenido lleno de sabiduría cuando calla y de sus carencias cuando todo lo habla.
¿Qué partes de tu vida están siendo aradas y de que hablan ellas? ¿Qué acciones de tu vida cultivan bondad, misericordia, alegría y paz y cuales mala hierba, tristeza, odios, o mentiras? ¿Son tus pasos diariamente un cultivo que promete muchos frutos, o un sembrado que languidece y se seca un poco más con cada paso?
Jesús te dijo: “No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No, temed al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo “.
Jesús vino a arar las mentes heridas por el abuso, el maltrato, la injusticia para renovarlas y sembrarles de esperanza y amor, de gozo y alegría. Jesús vino a entregar semillas nuevas a quienes viven para matar el cuerpo, la mente y el alma, para que aren de nuevo sus vidas y logren producir nuevos frutos y encaminarlas hacia Dios. Jesús vino a sembrar confianza en los corazones para que se pongan de su parte, porque ha prometido que Él también se pondrá de su parte ante Dios en el cielo. Porque quien le niega ante los hombres, Él también lo negara ante Dios en el cielo.
Que tu oración diaria irrigue los campos de tu vida y siembre semillas nuevas en tu alma, tu mente y tu corazón, para que puedas así también salir a cultivar los campos de quienes contigo viven, como la de quienes Dios ponga en tu camino.
Que la lectura de la palabra de Dios sea tu surtidor de semillas, para que puedas sembrar los campos de la vida y así dejar que ellos hablen por sí solos, de la esperanza, la confianza, del esfuerzo y del sacrificio.
No dejes de cosecharte a pesar de los días de sequía, no dejes de trabajar tu senda hacia Dios, para que tus pasos den testimonio del amor de Dios en tu vida.
Que tus acciones hablen de los frutos que Dios ha dado en ti y tu silencio de la semilla que crece lentamente para testificar de su presencia en tu corazón.
Bendiciones
Mateo (10,26-33)
