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CONSTRUYETE O DESMORONATE

Paz y bien hermanos

Cuando se va a construir una casa, se inicia un proceso invisible que va desde la selección del terreno, los estudios de este, su acondicionamiento para lo que se va a construir, los permisos, los constructores, los planos, la apertura de cimientos y cimentación de la base sobre la que todo se construirá. Al menos uno o dos meses han pasado desde el inicio de este proyecto. Es entonces que las paredes empiezan a realmente aparecer y a darle vida y forma. Pasaran muchos mas meses antes de que la obra reciba puertas y ventanas y pintura exterior. Cuando se pensó que todo estaba listo, es entonces que inexplicablemente se demoran mas aun en la preparación del interior y el embellecimiento de lo construido.

¿Si decidieras construir algo con el amor, que sería lo que construirías, y como lo harías? ¿Qué es aquello que puedes llegar a construir en tu vida sin mayor esfuerzo? ¿Qué construirías en tu mente para albergar lo mas valioso de tu vida?

Jesús vino como arquitecto de la humanidad, a inspeccionar las roturas, danos, puntos de quiebre y defectos en la vida de cada ser para repárale y devolverle su condición inicial, la que Dios le había regalado y con la cual Dios había diseñado al hombre para que encontrase y viviese la felicidad. Jesús vino a eliminar los falsos arquitectos y constructores que cambiaron el color, la apariencia, la bondad, la firmeza, la fuerza del edificio diseñado por Dios en cada ser humano. Jesús vino para remover las impurezas en el corazón, la mente y el alma de cada ser humano, y poder entonces reformar su vida para que cada uno este revestido del amor ágape, de la vida espiritual, del conocimiento y la vivencia del plan de Dios.

Y Jesús encontró que las bases, las columnas, los principios, las virtudes, con las que Dios te revistió a ti y a la humanidad, habían sido demolidas por la avaricia, la mentira, la infidelidad, el egoísmo, la tristeza, la maldad y la injusticia. Para reconstruir la humanidad había que destruirla y rehacerla de nuevo. Pero Dios en su inmensa sabiduría y bondad, decidió reconstruirla sobre la roca fuerte de Cristo y atrajo toda la humanidad a su hijo para que sobre Él toda vida se reconstruya, se reedifique y se salve.

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.

Mantén fuerte la estructura de tu vida y de tu fe con oración diaria. Acude a la palabra de Dios día a día, para que no permitas que tu edificio espiritual sea engañado, desviado y despojado del esmalte y la belleza con la que Dios le ha ungido. Constrúyete todos los días un poco porque sino el enemigo te desmoronara poco a poco.

Bendiciones

Juan (3,16-18)

Juan (3,16-18)

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