CAMINO HACIA EL RESCATE
Paz y bien hermanos
Un joven alpinista se hallaba peligrosamente colgando de un peñón al soltarse varios de los soportes de su soga. Gritó por mucho tiempo pidiendo auxilio con la esperanza que fuese escuchado por alguien de la zona. Unos turistas fueron quienes le oyeron y caminaron por un largo trecho antes de poder llegar a la orilla del abismo desde donde podían ver al joven colgando de su cintura. Le lanzaron una soga que logró llegar hasta donde el se encontraba y le pidieron que la atara a su cuerpo para ellos poder halar y sacarlo de allí. El joven les dijo que mas que la soga, necesitaba que su padre estuviese presente durante el rescate y les pidió que fuesen a buscarlo para que viniera. Sin entender la petición del joven decidieron hacerle caso y fueron a buscarlo. Después de varias horas regresaron y de nuevo lanzaron la soga para poder halarlo fuera de peligro. A petición del joven, el padre fue el primero en sujetar la soga. Los turistas todos asieron la soga detrás del padre y entre todos empezaron a halar para subir el joven. Finalmente, la mano del padre se extendió y agarro la de su hijo para darle el ultimo halón y acabar de subirlo. El joven abrazo a su padre y luego a cada uno de sus rescatistas.
¿Hay algo de que tu necesites ser rescatado, hay áreas de tu vida que están a la deriva? ¿Has pensado y decidido quien, como y cuando empezara a rescatarte? ¿Hay en ti dudas, temores, dolencias, odios, o rencores que ponen al borde del abismo la seguridad, la paz y la estabilidad de tu vida?
Jesús, es el forastero que pasa hoy junto a tu vida y viene a rescatarte del estado en que te encuentras y te dice: "¡Qué necio y torpes eres para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto y entrara así en su gloria?"
Y Jesús te pide le permitas entrar en tu vida para iluminarla. Y una vez le dejes entrar se sentará a la mesa contigo, tomará el pan, pronunciará la bendición, lo partirá y te lo dará. Entonces, se te abrieran los ojos y lo reconocerás. Y él desaparera de tu vista mas a tu lado siempre estará.
De ti dependerá, tanto el ser rescatado, como lo que harás en tu vida después de regresar al camino que Dios había trazado para ti inicialmente. De ti depende la intensidad de tu oración, para nutrir tu vida nueva con alegría, paz, serenidad y confianza. Solamente tu podrás escudriñar con amor y deseo profundo la palabra de Dios, que continuará halándote de los abismos de la vida para sacarte de cada situación en la que puedas caer. De ti depende que llames a Dios Padre para que su mano sea la primera que te saque de todo mal, oscuridad o problema.
Bendiciones
Lucas (24 13-35)