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EXTRAVIADOS SIN VOLUNTAD

Paz y bien hermanos

Cuando el caminante se extravía en el bosque, se pierde en las montañas, una manera para encontrarse es regresar a donde todavía sabia cual era el camino. En muchos casos echar marcha atrás es tan oscuro como seguir adelante, porque las huellas se han borrado, el camino se ha extraviado, la mente se ha ofuscado, la verdad se ha escapado y minuto a minuto, el día se ha ido evaporando.

Así pasa en la humanidad, que un día se encuentra perdida entre los sueños, las metas, los planes, y la vida que frustrada y vacía de repente se mira al espejo para encontrarse en un callejón sin salida. Es que las puntadas, el tejido, la costura, se ha rasgado y el manto que cubría el plan de Dios, ya no protege ni alberga su voluntad.

¿Has encontrado que tu vida no es lo que soñabas y que tus sueños como una selva te rodean mas no te dejan ver el camino de la felicidad? ¿Sabes lo que es tener hambre y no tener alimentos, lo que es tener sueño y no una cama, lo que es ser rechazado y sentir el dolor interior y la soledad del desprecio? ¿Eres líder de alguien o de algo y tus decisiones no dan resultados, la felicidad se escapa de tus manos, los problemas te han acorralado, te sientes frustrado(a)?

Jesús empleó la mayor parte de su vida construyendo caminos, que le condujesen siempre a la voluntad de Dios. Aprendió a abandonar sus ideales, y sueños, para retomar los de Dios. Aprendió a callar y guardar silencio para dejar que hable Dios. Aprendió a inclinar la cabeza para dejar que lo único que se viese es la mirada y el rostro de quien le respaldaba en todo momento. Aprendió a sentirse solo mas no despreciado, a escuchar insultos mas no lastimado, a saber, con certeza que siempre estaba siendo amado por Dios y siempre estaba Él a su lado. Aprendió Jesús a entregar su mensaje, a vivir sus pasos, a dejar que sus manos tocasen, que sus labios hablasen, que su perfume, su presencia, su amor rodeara e impregnara a todo quien Dios pusiera en su camino.

Jesús aprendió que Dios le hizo luz de las naciones, para que su salvación alcance hasta el confín de la tierra. Por eso Jesús respondió con su vida a Dios diciéndole: “para hacer tu voluntad. Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas”. Por ello: “Aquel sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ese es el que bautiza con Espíritu Santo”.

Naciste para hacer la voluntad de Dios. En el momento que perdiste su camino, su plan, su amor, su presencia, en ese instante, la selva de tus decisiones, tus errores, tus sueños y tus preferencias, han crecido y opacado el plan de amor para tu vida. Si quieres conocer la voluntad de Dios para tu vida, cambia tu actitud, regresa a Dios con tu oración diaria. Poda tu selva con la verdad que hallaras en la palabra de Dios, con la luz que ella pondrá en tu mente y tu corazón. Entonces, dirige tu mirada y tu vida hacia el Espíritu de Dios para que se revele la voluntad de Dios y la vivas en todo lo que haces hoy día.

Bendiciones

Juan (1 29-34)

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