ERES ILUMINADO O VIVES ELIMINADO
Paz y bien hermanos
La pequeña semilla que se engendra, es iluminada por los sueños de la futura madre, es sazonada con la sal de la ternura, el afecto, el amor. Es arropada por la madre en su vientre, protegida y alimentada. Ella comienza a recibir la voz, la mirada, la esperanza, los sueños de quien teje en su interior el cuerpo que un día cuando esté formado y preparado, le empujara como viento al velero, para que abandone su vientre y entre en la placenta terrenal. Este cuerpo, llega a la luz impregnando con el soplo divino que le infunde el espíritu que le acompañara por toda su existencia. A partir de ese momento, la senda humana tiene todos los días dos caminos. El camino de la vida en el cuerpo o el camino de entrenamiento del espíritu. O más bien un solo camino, el camino que les hace un equipo para descubrir la senda que juntos pueden construir.
Y es que mientras el cuerpo buscara su felicidad, el espíritu buscara llenar su misión de vida, que es irradiar al mundo de luz y esparcir sobre él, su sal, su sazón, su sabor celestial. Quien vive alejado de la luz, se alimentará de oscuridad y quien vive alejado del amor, engendrara frialdad, es por eso que quien vive para cultivar el cuerpo que muere, no trascenderá, vivirá para ser eliminado. Quien vive para cultivar el espíritu que nunca perece, es como quien siembra su semilla con la cual se nutrirá de sus nuevos frutos y los compartirá con quienes pasan por el camino de su vida.
Jesús compartió cada regalo espiritual que pudo con quienes lo necesitaron. Jesús vivió los sueños terrenales de su padre y se hizo sal que dio sabor a la vida triste, opaca, enferma, oprimida de muchos. Se hizo luz para iluminar lo oculto, para guiar a los confundidos, para sacar de la mente y del corazón de las personas, la miseria, la pobreza, la carencia, el engaño, la mentira, la injusticia. Jesús dono su cuerpo para que fuese sacrificado para que prevaleciera el espíritu de Dios.
Cuando alejes de ti el dedo acusador y la calumnia, cuando ofrezcas al hambriento de lo tuyo y sacies al alma afligida, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad como el mediodía
Quien busca iluminar su vida, alimentará el espíritu, vivirá en oración, acudirá a la palabra de Dios, y compartirá su senda con los más necesitados. Porque un día, al final de su camino de la vida, dejara su placenta terrenal para nacer al mundo celestial y allí podrá decirle a su Padre cuantos talentos me diste, tantos y más te regreso, porque he usado mi vida para hacerla luz y sal del mundo esparciendo tu mensaje.
Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en los cielos
Bendiciones
Mateo (5 13-16)