FRUTO ELEGIDO

Paz y bien hermanos.

Cuando la planta da sus frutos, algunos se perderan por que estan demasiado maduros y otros seran descartados porque no alcanzaron el tamaño. La gran mayoría seran elegidos para el consumo por su óptima calidad y forma. Aunque todos se alimentaron de la misma raíz y crecieron atados al mismo árbol, no todos estaban igualmente preparados para la cosecha. En algunos casos, los frutos pasaron por estaciones que les afectaron su sabor, su aspecto, su crecimiento, su calidad. En otros casos, las plagas, la sequía, la poda o las malas hierbas, tuvieron algo que ver con el fruto final.

?Hay en tus tareas diarias elementos perturbantes, debilitadores o bloqueadores con los cuales tienes que luchar, afectando tu calidad de vida, tu crecimiento personal o tu carácter? ?hay en tu mente algún propósito o meta que busca mantener la paz interior a toda costa y ser fuente de la misma para otros? ?Las estaciones de tu vida han afectado de manera positiva tu mente y corazón o crees que podrán ser la raíz de tus problemas hoy día y por el resto de tu vida?

Cada amanecer tú eliges el tipo de día y vida que vas a tener. Pero de igual manera tú eliges cuando y como remover de tu existencia aquello que no te deje cumplir tus metas y anhelos. Tú eliges con quien hablas, con quien caminas, con quien haces amistad y con quien estableces un hogar y una familia. Ni el agricultor ni la cosecha pueden cambiar el fruto final, más tu sí.

Jesús vino a ensenarte el camino a la paz y el amor y te eligió a ti para que seas el vaso donde plantarlo y crecerlo. Te eligió ati como el velero que lo trans porte más allá de las fronteras. Te eligió a ti como el ser capaz de transformar tu entorno y el de muchas otras personas. Él te eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fueses santo e irreprochables ante él por él. Él te ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser su hijo, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por su medio eres también heredero. De ti depende aceptar este llamado, este regalo. Ya su madre respondió a el : Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra. Y no solo lo acepto sino que lo vivió de lleno hasta el último día. Que tu respuesta no se haga esperar, y que tus acciones estén en acorde con tu respuesta. Para cuando llegue el tiempo de la cosecha y a pesar de las tormentas y estaciones de la vida, seas fruto elegido de Dios.

Bendiciones