CUENTO PARA DORMIR EN PAZ
Paz y bien hermanos.
Cuando se lee un libro a un niño, se busca llevarlo a través de una senda que lo maraville, y pasearlo por un mundo lleno de colorido, vida, felicidad y amor. Quien lee, ve este mundo ya terminado, mas quien escucha apenas empieza a fabricarlo y a darle su propia tonalidad, matiz, forma y a sembrar en ese mundo sueños e ilusiones que germinen en esperanza y gratitud. No sabemos si la historia duerme a quien escucha o es la compañía que asevera presencia, seguridad, amor, la que hace que se venzan los temores y se ceda plácidamente al sueño.
¿Has leído una historia a un niño alguna vez en tu vida y ha sido tu propósito el ayudarle a dormir, o el compartir y asegurarle que tú, estas presente en su vida? ¿Has leído alguna vez la biblia y te has encontrado de alguna manera que también hay un Dios que ha escrito todo esto para asegurarte que son muchos los testigos que saben que su historia es real y que Él está siempre presente? ¿Sabes cuál es el propósito de tu vida y como tu historia puede cambiar la de muchos otros si lo vives plenamente?
Dios te lee con su sabiduría infinita líneas que pueden hacer la diferencia entre quedarse dormido en medio de tu propia historia o permanecer despierto durante la misma. Dios te narra con todo su amor y su cariño: “HE aquí que llega el día, ardiente como un horno, en el que todos los orgullosos y malhechores serán como paja; los consumirá el día que está llegando, dice el Señor del universo, y no les dejará ni copa ni raíz. Pero a vosotros, los que teméis mi nombre, os iluminará un sol de justicia y hallaréis salud a su sombra”
Y su narración tiene los colores y matices de quien se ha entregado y desvivido para que nada malo te pase, sino que puedas llegar al final del libro que escribes cada día con la satisfacción y la sonrisa de que conoces el final más te ha interesado aún más vivirlo antes de llegar a él. Porque sabes que enfrentaras grandes retos e increíbles adversarios, que tendrás que escalar grandes obstáculos y sobreponerte a corrientes que arrastran, a vientos que empujan y a luchas que parecen no tener fin, pero sabes también que ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestra alma.
Que la oración lleve descanso en los momentos de zozobra y que la palabra de Dios narre y escriba en tu mente y corazón historias que te acercan a la mano de Dios y te ayuden a caminar a su lado cada día de tu vida.
Bendiciones
Lucas (21,5-19)