SINTONIZA TU VIDA Y ENTREGALA
Paz y bien hermanos.
En un estudio hecho con niños se le pregunto al primer grupo, que pediría si supiesen que se le va a conceder. Los niños entre los 8 y 12 años, respondieron entre otras cosas: "ser un artista famoso", "tener mucha riqueza", "viajar por todo el mundo", "ser médico". Al segundo grupo de niños del mismo rango de edad se le hizo la misma pregunta y respondieron: "tener mucha comida", "poder estudiar", "tener una casa", "tener una cama donde dormir", "aprender a leer".
Luego se le presento al primer grupo las respuestas del segundo grupo y se les pregunto si querían cambiar su deseo de alguna manera: todos los niños dijeron lo mismo, "no quiero pedir nada para mí, que le concedan los deseos a los niños pobres".
¿Crees tener una visión total del mundo que te rodea o crees que pierdes la noción del mismo por el círculo en que vives? ¿Crees que puedes amar a otros aunque no los conozcas por sus carencias, sus necesidades y sufrimientos? ¿Si supieses que hay cerca de tu casa o ciudad, familias pasando hambre, durmiendo a la intemperie, qué harías para ayudarles?
La vida de las personas se parece a los canales de un radio, son muchísimos pero solo se puede escuchar uno solo a la vez. Generalmente cada persona escucha su propia voz, su necesidad personal y ve solo su vida y su ambiente. Para muchos su vida esta carente y llena de problemas, más si salieran a ver alrededor, descubrirían que no es asi, porque la realidad es que lo tienen todo y solo tienen pequeños obstáculos y retos.
Jesús ha tocado desde siempre la puerta de la conciencia humana para despertarle a la realidad y abrir sus corazones para que puedan ver, entender y acoger el dolor ajeno. Jesus es el canal del amor y quien lo sintoniza se impregna de su gracia. De nada sirve que se vea, se camine, se piense, o se esté sano, si muchos otros que pueden ser sanados, ayudados y levantados están siendo olvidados, omitidos, aislados, rechazados. La sanación que Jesús ha venido haciendo en la humanidad, todos sus milagros van más allá de lo personal y se extienden en la búsqueda de la conversión del ser humano para abrir su vida más allá de la suya propia. Quien ama, se olvida de lo propio, para que otros tengan, para que otros vean, para que otros vivan.
Sintoniza tu vida con la de Dios. Escucha la voz del Señor, tu Dios, observando sus preceptos y mandatos, lo que está escrito en el libro de esta ley, y vuelve al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma. Porque este precepto que Dios te manda hoy no excede tus fuerzas, ni es inalcanzable. Está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca, para que lo cumplas.
Que tus pulmones se expandan diariamente llenos de oración para que recibas la semilla diaria que puedas llevar y entregar a quienes les falta. Que tu corazón al igual que el de Cristo, ame incondicionalmente al pecador y lo lleve a la conversión a través de su palabra y su presencia.
«Anda y haz tú lo mismo».
Bendiciones
Lucas (10 25-37)