TU ERES EL MEJOR CONSEJO

Paz y bien hermanos.

¿Has emprendido un camino, y te has tenido que devolver porque se te quedo algo? ¿Te han advertido o aconsejado y no has hecho caso, pero después te has dado cuenta de tu error? ¿Hay problemas o situaciones en tu vida que se te repiten una y otra vez?

Los abuelos generalmente te ensenaban con cuentos y anécdotas, con refranes y frases de sabiduría. Te advertían con paciencia o te instruían con acciones. Los padres por lo contrario, ponen reglas y condiciones, cimientan los caminos de escalones que para los hijos parecen a veces imposibles de escalar o superar. La naturaleza como los abuelos habla con sus años de experiencia y sus obras, porque han dejado plasmado en sus acciones los ejemplos que la humanidad puede seguir con confianza. Por eso los científicos han logrado llevar naves al espacio e irrumpir en los cielos, siguiendo el vuelo y la anatomía de las aves. Han construido puentes y carreteras siguiendo la fuerza, el soporte y la resistencia de la espalda de muchos animales. Hay en las estrellas, los planetas y en el universo entero, mensajes inscritos que hablan diariamente, explican, guían e instruyen a la humanidad.

Es así mismo como Dios una vez más quiso acercarse a nuestra humanidad, plasmando con profetas, mártires, misioneros, pastores, reyes y con su hijo Jesús sus mensajes para todos y cada uno de sus hijos terrenales. Dios dijo: “Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino. Una voz grita en el desierto: "Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos."

Y como los abuelos, como la naturaleza, continúan dejando mensajes de Paz, de Amor, de Esperanza, de Fe, para que quienes tengan oídos los escuchen, quienes tengan ojos los vean y quienes estén sedientos y hambrientos de justicia los vivan y los compartan.

Recuerda: “El día del Señor llegará como un ladrón” preparate para que nadie te robe lo que Dios te ha entregado en tu bautismo. Preparate sumergiendo diariamente tu cuerpo en la palabra de Dios, tu mente en la oración, tu corazón en el perdón y tu vida en la misión de rescatar tu ser de la prisión del pecado, y la de otros de la oscuridad y la aflicción.

Hay un mensaje inscrito en las palmas de tu mano. Llevalas a todas partes para que toquen, levanten, ayuden, aporten, apoyen y labren la senda que conduce a Dios. Tu ejemplo y tu vida deben labrar el camino que conduce hacia Dios, así otros te seguirán y podrán llegar a Él. Procura que tu vida sea el mejor mensaje que puedas dejar a la humanidad.

Bendiciones

Marcos (1 1-8)