¿SUEÑOS O PROMESAS?

Paz y bien hermanos

La única forma de saber si la semilla es buena, es sembrándola, irrigando y dejándola germinar. Aun así, no se sabe si la planta proveerá los frutos, pero eso ya dependerá del terreno y del agricultor.

Es parecido a una pareja que se enamora.  No se sabe si serán capaces de enfrentar los retos de la vida juntos. Lo que sí es cierto es que requiere  por lo menos que cada uno de lo mejor de sí mismo en la relación y con amor, paciencia y trabajo en equipo logren llevarla a formar un hogar, donde germine y florezca. 

¿Has pensado en cuánto dura el éxito, y cuanto la verdad, y cuánto el amor?  ¿Cuáles de los planes y sueños humanos, son realmente  importantes  y cuales son meramente deseos de éxito, fortuna, fama o prosperidad?  ¿De qué depende tu realidad?  ¿De lo que te han prometido o de lo que tú has prometido?

Jesus no vino a terminar con los planes y sueños de la humanidad.  Vino a darles la dimensión de la eternidad, a subirlos al cielo para confirmar que no son algo meramente terrenal.  En camino a su ascensión al cielo, dijo Jesus a sus discípulos :  “Yo os enviaré lo que mi Padre ha prometido; vosotros quedaos en la ciudad, hasta que os revistáis de la fuerza de lo alto.»

Después los sacó hacia Betania y, levantando las manos, los bendijo. Y mientras los bendecía se separó de ellos, subiendo hacia el cielo”.

Ora para que tu vida sea plena y transparente. Revelando siempre tu ofrenda terrenal que ofrece con tus sueños,  amor, verdad y paz a los demás y la ofrenda celestial, que confirma tu amor a Dios y a su promesas para la humanidad. 

Que la palabra de Dios te ayude a ascender con Cristo al cielo y a bajar los frutos y gracias espirituales,  para compartirlos con quienes Dios pone en tu vida y en tu camino. 

Bendiciones.

Lucas (24,46-53)