HAZ UN LUGAR PARA TU HERMANO

Paz y bien hermanos.

Cuando nació mi hermano más pequeño, yo tenía síes años y para entonces cinco hermanos.  Fuimos todos en un taxi a este lugar grande a buscar a mi mamá, quien se había desaparecido hacía ya varios días.  Cuando la encontramos en su cuarto, la hallamos en una cama con esta pequeña criatura que según nos dijeron era nuestro nuevo hermano.  Y salimos entonces de regreso a casa con mi mamá y su bebe.  Para entonces me preguntaba en mi interior.   ¿Cómo vamos a llevar otro niño más a nuestra casa donde dormimos todos apretados y la comida escasamente da para nosotros seis? Este nuevo hermanito trajo un despertar en mi vida, a una realidad que para entonces desconocía.   No estaba preparado para aceptarle y comprender porque lo habían agregado a nuestra familia.

¿Estás preparado(a) para el nacimiento de Jesús?  ¿Sabes que agregar a Jesús en tu vida, requiere cambiar la tuya? ¿Estás dispuesto(a) a regalarle parte de tu tiempo, tu alimento, tu espacio y tú vida a Jesús?

Jesús ingresó en la vida del mundo ya crecido, ya hecho un hombre y quienes se habían preparado para su llegada, lo habían hecho a través de la espera, la oración, y la fe en las profecías que hablaban de Él.  Quienes creyeron que era posible y que sucedería, entendieron las señales en el pesebre, en el desierto, en los caminos y en las veredas, en el rio Jordán, en las sinagogas, en Belén y en Nazaret, y en Jerusalén.  Desafortunadamente quienes habían estudiado y tenían el conocimiento le rechazaron, más quienes salieron a su encuentro y le conocieron su corazón le aceptaron.

Agregar un hermano en tu vida no es nada fácil.  Saber que deberás compartir tu cama, tus juguetes, tus alimentos, tu existencia toda con Él, requiere preparación, trabajo, conversión, convicción y amor. Jesús nace en cada persona que, como nuestras madres, dicen si, a pesar de todas las transformaciones personales que se deben de sufrir, con tal de agregar esta nueva vida a la propia.

Esta fue la respuesta de María, la madre de Jesús: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.».  ¿Cuál fue la tuya durante el adviento y cual es en Navidad?

Bendiciones

LUCAS (1 26-38)