¿ERES BRISA, OLA O MAR?

Paz y bien hermanos.

Cuando te metes en el mar, eres acariciado por su belleza, su fuerza sanadora, su imponente bondad. Cuando te sumerjes en sus aguas vez la delicada vida que sustenta, cuando lo navegas, sientes su potencia y su belleza, su peligro y su majestuosidad. Asi mismo, cuando te enamoras, te puedes quedar en el idilio y serás acariciado por el sentimiento, mas cuando te compenetras con quien amas, le conoces mas afondo, te interesas por la persona, te duele su dolor y compartes su llanto y su alegría.  Y si navegan juntos hacia la profundidad de un hogar, reconocerán los enemigos del amor y deberán enfrentar juntos tormentas y retos rodeados siempre por su enimagtica belleza y esplendor.

¿Investigas los sucesos, profundizas en las cosas  o solo aceptas lo que oyes, lees o ves?  ¿Extiendes tu vida fuera de los limites de tu hogar y ayudas, contribuyes y apoyas a otros lejos de tu familia? ¿Cómo llegas a la conclusión de lo que es verdad y que no lo es, o no te importa?

La superficialidad en las cosas, no te permitirá encontrarte con la verdad, la vida, la esencia.  Por ello Jesus nos aconseja:  “Aceptad dócilmente la palabra que ha sido plantada y es capaz de salvaros. Llevadla a la práctica y no os limitéis a escucharla, engañándoos a vosotros mismos”.

Jesus narra de como encontró dureza en los corazones, mentes y vidas de quienes rechazaron su mensaje, su consejo, su misión.  “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos.» Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres” 

Hoy día la humanidad se aleja cada vez mas del compromiso,  de la verdad y por eso se ha debilitado su integridad y es mas propenso a el fracaso.  Jesus nos advierte al respecto: “Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro.”

Que decidas profundizar en el mar de la fe, para que recibas la valiosa y enriquecedora vida que ella alberga en su interior.  Que tu oración te sumerja en la vida de Jesus y te permita hablar cara a cara y recibir su consejo.  Que el anhelo por la lectura de la palabra de Dios crezca y te arrastre a  su profundidad, a la verdad, hacia la luz, hacia la renovación de tu alma, mente y corazón y logres diariamente hospedarte en la presencia de Dios

Bendiciones.  

Marcos (7,1-8.14-15.21-23)